Imaginen por un momento que la vida que han construido hasta ahora, una vida a la que le han dedicado esfuerzo, constancia y sacrificio se ve mermada porque el ayuntamiento decide expropiar los terrenos en donde está construida tu casa ya que van a realizar una ampliación de la autopista. Evidentemente te indemnizan, te dan plazos y facilidades para que puedas encontrar otra casa en algún barrio de la ciudad. Pero a grandes rasgos te están echando de tu hogar, te están expropiando tu propia vida, recuerdos y acontecimientos que, como diría Roy Batty, se perderán como lágrimas en la lluvia. Y en esa situación se encuentra el protagonista de esta novela, Barton Dawes, que tras recibir la noticia de la ampliación de la autopista y de que tiene que abandonar su casa, además de su trabajo, entra en un círculo vicioso de negación y comienza a perder la cabeza poco a poco, sintiéndose incapaz de abandonar su casa y haciendo todo lo posible para impedir la ampliación de dicha carretera. La trama de la novela es bastante sencilla y lineal, y a grandes rasgos durante gran parte de la nivela no ocurre nada “relevante”, más allá de los pensamientos del protagonista. Pero es que lo interesante de la novela está en eso, en ver la degeneración del protagonista desde el momento que se entera de la ampliación de la carretera. Ver como su vida se desmorona, su matrimonio se resquebraja y los traumas del pasado salen a flote, haciendo que Barton pierda la cordura con cada día que pasa. Y como siempre digo, el punto fuerte de King son los personajes, y en esta novela lo vuelve a demostrar. Aunque todos están muy bien construidos, por encima de todos destaco al protagonista. Para mí, Barton Dawes es de los mejores personajes de King, psicológicamente hablando. La manera en la que nos lo presenta y narra su degeneración a lo largo de la novela me ha parecido brutal y es de las cosas que más he disfrutado sin duda. “Carretera maldita” suele ser de los libros que menos gusta entre los lectores de King, y puedo entender el por qué. Pero en mi caso, ha sido un libro que me ha encantado, que he disfrutado mucho y que me ha dejado muy buen sabor de boca. + Leer más |
"¿Te gusta la oscuridad? Perfecto. A mí también" es como termina Stephen King el epílogo de este nuevo y magnífico volumen de doce relatos que se adentran en la parte más sombría de la vida. King lleva más de medio siglo siendo un maestro literario, y estas historias sobre el destino, la mortalidad, la suerte y los múltiples pliegues de la realidad son tan ricas y absorbentes como sus novelas. "Dos cabrones con talento" nos revelará el secreto de cómo estos dos caballeros adquirieron sus habilidades. En "El mal sueño de Danny Coughlin", una explosión psíquica repentina pone patas arriba la vida de docenas de personas, incluido Danny, con catastróficos resultados. "Serpientes de cascabel", secuela de la novela Cujo, nos presenta a un viudo que viaja a Florida buscando descanso y, en su lugar, se encuentra una inesperada herencia… con más de una atadura. En "Los soñadores", un taciturno veterano de la guerra de Vietnam acepta un encargo y descubre que hay algunos rincones del universo que deberían quedar inexplorados. "Hombre Respuesta" nos plantea si el don de la clarividencia es una bendición o una maldición, y nos recuerda que incluso una vida marcada por la tragedia tiene significado. La habilidad del Rey del Terror para sorprender, inspirar y provocarnos tanto miedo como consuelo al mismo tiempo no tiene comparación. Cada uno de estos relatos contiene sus propios escalofríos, alegrías y misterios, y todos son icónicos. ¿Les gusta la oscuridad? Pues aquí la tienen.
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