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Intente leer varios libros de Alice Kellen, pero definitivamente llegue a la conclusion de que no son para mi. No digo que sean malos ni mucho menos, pero no logro empatizar con ellos. Siempre me pasa el mismo problema con sus personajes y es que no logran caerme bien, siento que siempre se quedan en lo mismo y no avanzan a ningún lado, no tienen desarrollo o a veces tienen un desarrollo tan repentino, tan de la nada, que no sabes que paso. Debo admitir que este libro me gusto un poco mas de los que lei de ella, ya que sentí que toco bien algunos temas, pero aun así no lo volvería a leer, la relación que se forma entre los "protagonistas" sentí que fue innecesaria o al menos a mi no me gusto, Senti que hubieran quedado mucho mejor como amigos o que mejor el libro tratara de como superar una perdida en el ámbito personal y no simplemente que sea de enamorarse de alguien mas en menos de 1 año.

Aunque en los últimos tiempos he ido leyendo libros recientes de Stephen King, hacia ya bastante que no leía uno de sus libros antiguos.
Y aunque los más recientes siguen siendo muy buenos estos de los años 80 son geniales.
Es sorprendente terminar la primera de las tres partes que componen el libro, pararte a pensar que realmente hasta ese momento no ha pasado nada. Y sin embargo no has podido parar de leer.
Obviamente, ni que decir de las otras dos partes donde el suspense no para un segundo.
Para mí esto es lo mejor de todo. La forma de contar la historia, como la plantea y la va desarrollando poco a poco. Como sitúa cada personaje y como se va enmarañado la trama mucho antes de que realmente todo se precipite.
Y por supuesto, esos típicos finales tan típicos de Stephen King por ese entonces, dejando esa rendija abierta, ese y si....
Siempre me han encantado sus historias y su forma de escribir. Y sin duda este es un libro a la altura de los mejores que ha escrito.

personajes planos, historia plana, ningún personaje logró caerme bien. Sentía que la historia simplemente se estaba dando vueltas y vueltas en lo mismo y no avanzaba a ningún lado, ni la trama, ni las personalidades de cada personaje, todo quedaba igual y eso hizo que se me hiciera demasiado insoportable de leer

ATENCIÓN: esta reseña contiene SPOILERS de la anterior entrega de la trilogía.

Tras los sucesos del libro anterior tenía mucha curiosidad por saber cómo continuaría la trama y si sabríamos más sobre la magia. Y esa ha sido la clave, este segundo libro tiene mucha más información sobre las bases del conflicto entre magia y humanos y la posible forma de resolverlos. También tiene un par de giros muy interesantes sobre el pasado del reino y la forma en la que afecta a la protagonista. Eso sí, algunas partes, sobre todo enfocando el final, me dieron la sensación de ser algo precipitadas, de que todo sucedía muy rápido para evitar hacer un ladrillo de libro.

Por lo respecta a la parte amorosa tenemos diversos altibajos, lo que se veía venir ya con el final anterior, y es que en parte ahora conocemos más la evolución personal de nuestros protagonistas y cómo lo que han vivido en el pasado les afecta en el presente.

Es una sólida segunda parte que da muchas pistas de cómo puede cerrarse la historia pero con margen suficiente a la autora como para decidir cómo llevarlo. La pena es que parece que se ha creado un universo muy amplio que se va a quedar algo flojo en su uso ya que quedarán cosas abiertas por explorar.

Colibrí.

Está bien!!! Tampoco es la pera como en otras opiniones. Normal. Me sigue gustando más el primer libro. Conseguí engancharme mucho más. En este segundo libro, me han pasado dos cosas. Por un lado, en algunos momentos las quejas de Violet no las entendía, me parecía poco madura. Aunque menos mal que luego evoluciona. Y por otro lado, me parece que en ocasiones el libro se ralentiza y no avanza... Lo cual ha hecho que incluso en algunos momentos se me haya hecho cuesta arriba... 


Me gusta la evolución de los personajes y la verdad que el final me ha gustado. A ver qué nos espera en la tercera entrega. 

Debo admitir que cuando empece este libro no sabia si me gustaría o no, porque el primero me decepcionó un poco, no es que no me haya gustado, si no que mas bien debido a todo el hype que tenia en tiktok y agregándole a eso que acababa de terminar la trilogía de caraval, tenia las expectativas demasiado altas, por lo que temía que este tampoco me gustara demasiado, pero estaba totalmente equivocada. Ame este libro desde principio a fin, la forma en que logra meterte en la historia, la historia de Jacks, la de Lala e incluso la de Caos, el como todo al final esta conectado, ademas de la historia de las grandes casas, de los Valor, es como que cada vez que vas avanzando mas en el libro descubrías una nueva parte de la historia y creo que esa es una de las razones por las que es tan adictivo.

No puedo no mencionar a Jacks, es una de las partes mas fundamentales de este libro, las interacciones que tiene con Evangeline, las reacciones que logra en los otros personajes, el crecimiento de personaje que ha tenido a lo largo del libro, el como se ven los sentimientos que ha desarrollado con Evangeline, todo eso y mas te hace amarlo al igual que pasa con Evangeline, podría decirse que es un personaje "Ingenuo" porque siempre piensa que el amor puede con todo, puede romper una maldición, que es lo mas importante y muchas cosas mas, pero gracias a la forma en que esta escrito el libro logras comprenderla, la criaron escuchando historias del norte, historias de amor que le contaban sus padres entonces entiendes su forma de ser, el que solo quiera encontrar a alguien a quien amar y que la ame también y a si sucede con todos los personajes, logras encariñarte con ellos (menos con Apollo, lo odio, es la excepción)

Sin duda este libro fue un 5 estrellas para mi, mi favorito de esta trilogía por ahora, espero con ansias poder leer el tercero y conocer mas de esta historia.

Compré este libro por recomendación de una amiga librera y porque yo misma estoy inmersa en la escritura de una novela muy parecida.

Me parece una trama original y muy interesante, muy necesaria y los giros finales me han encajando. Pero si me hubiera gustado que alguno de los personajes que suponen la clave en la historia se hubieran adelantado a esos giros y hubieran tenido más presencia.

Es una lectura fácil y muy entretenida que te obliga a mantener el hilo para ir resolviendo tramas. Pablo tiene una destreza ágil y un estilo cinematográfico muy presente que ya inició con La cria, centrándose en temas de denuncia social; con capítulos cortos y determinantes que mantienen la intriga para seguir leyendo.

Aunque en momentos se me ha hecho repetitivo y tediosa la manera de narrar como reiterando continuamente en lo mismo, no es este autor y esta novela únicamente donde encuentro esta reiteración de algunos aspectos de la trama.
Eso genera que la atención decaiga porque al leer algo que ya has leído en páginas anteriores , saltas al siguiente párrafo y esperas encontrar alguna novedad , un relato de situación que no llega.

Me refiero al tema de la vejez y la insistencia en ciertos temas.

Es interesante la narrativa de situación, de los sucesos que se producen desde la perspectiva de cada personaje desvelando secretos que sirven para cerrar la novela con una frase final demoledora que deja abierto quizás una nueva historia, los secretos familiares.
Si algo te enseña esta novela es que nunca conoces realmente a tu propio entorno familiar y que no hay que subestimar a las personas mayores.

Siempre he sido una entusiasta de Shakespeare, pero esta obra se ha elevado como mi favorita hasta ahora, y con razón. Es una hilaridad absoluta y, además, increíblemente inteligente. Aunque no se encuentre entre las obras más reconocidas del genio literario, merece ser celebrada por su brillantez.

Desde que descubrí esta obra hace unos años, siendo mi tercera incursión en el mundo de Shakespeare, capturó mi corazón de inmediato. A medida que continuaba explorando más de sus trabajos, seguía considerándola como la mejor. Sin embargo, al escuchar a expertos en Shakespeare calificar esta obra como una de sus más débiles, comencé a dudar de mi propio juicio. A pesar de ello, seguí leyendo otras obras del autor y, una y otra vez, regresaba a esta obra con el mismo entusiasmo. Decidí entonces releerla, y una vez más, me dejó sorprendida.

La trama se desenvuelve en Windsor, donde las esposas engañadas deciden jugarle varias bromas a Falstaff, quien intentó seducirlas. En medio de esto, Anne Page, una joven de familia adinerada, desafía la elección matrimonial de sus padres, siguiendo su propio corazón. La ambigüedad y el humor se entrelazan aún más con los debatidos sentimientos de Fenton hacia Anne.

Es comprensible por qué algunos consideran esta obra como una de las más débiles de Shakespeare. La trama puede no ser tan emocionante y la escritura no alcanza la profundidad poética de otras obras, como las metáforas vibrantes de "Romeo y Julieta". Aunque no puedo comparar la representación de Falstaff aquí con su encarnación en "Enrique IV", lo encontré como un personaje bastante entretenido y divertido. A pesar de que los otros personajes pueden no ser tan icónicos como algunos de los de Shakespeare, encontré un gran placer en seguir sus historias. Todos están bien diferenciados y contribuyen significativamente a la trama, lo cual es notable dado el amplio elenco presentado.

Lo que más me atrajo de esta obra fue la ingeniosa manera en que las "esposas alegres" se burlan del arrogante y tonto Sir John Falstaff. A diferencia de otros chistes en las obras de Shakespeare, estos realmente me hicieron reír. Además, aprecio los temas feministas subyacentes explorados a través de los personajes de Mistress Ford y Page. Su determinación para tomar el control de sus vidas y relaciones es algo con lo que puedo identificarme y creo que las coloca entre los personajes femeninos más fuertes de Shakespeare.

El diálogo es fresco y entretenido, aportando una sensación de realismo a toda la historia. La astucia de la señora Ford y la dinámica de su relación con su esposo son especialmente notables. Por otro lado, Anne desafía las expectativas sociales y sigue su propio camino, convirtiéndose en un personaje interesante y admirable.

En resumen, esta obra es verdaderamente excepcional. Aunque mi admiración por Shakespeare pueda parecer parcial, su genialidad brilla en esta comedia. Realmente recomendaría darle una oportunidad, te garantizo que te hará reír.

En 1977, una pareja de jóvenes de dieciocho años emprenden un viaje desde Extremadura para dirigirse a Portugal para que ella aborte. La pareja tiene un accidente antes de llegar a Portugal y acaba con la vida de él. Entonces en un salto temporal de casi veinte años, se ve la vida en un camping de la Costa Dorada de finales de los noventa gestionada por aquella joven y por el hijo que finalmente nació.
Ese avance en el tiempo en el que esos años actúan como un vacío en la historia, hace que el lector sienta la curiosidad por saber cómo esa madre y su hijo han llegado hasta allí.
El viaje que el joven emprende al pueblo de origen de sus padres tras el fallecimiento de su abuelo paterno, sirve como hilo para contar la evolución de su madre tras el accidente y la sucesión de acontecimientos que la llevan a hacerse cargo del camping de la mano. de una amiga.
Destaca el desarraigo y la búsqueda de identidad por parte del hijo, quien sufre por unos secretos familiares que le lastran la vida, y como de forma paralela, madre e hijo se van distanciando por estas circunstancias.
La narración está muy bien articulada, la historia es creíble y los sentimientos están muy bien definidos, es muy fácil de leer.
Primer libro que leo de este autor y me ha gustado bastante seguramente repetiré. Muy recomendable.

Cuando me decidí a leer este libro en una LC organizada por la propia editorial no pensaba que me iba a gustar tanto. Desde el principio me picó la curiosidad por saber varias cosas que la autora nos planteaba y los personajes hicieron el resto, ya que me han encantando desde el primero hasta el último.
Era lo primero que leía de la autora y tengo claro que no será lo último.

Cuando me entere que iba a haber una nueva historia que involucraba a los personajes que conocí en "Delito" decidí que era imprescindible leerla.
Tengo que confesar que si bien estamos ante una novela que se leé rápido y no se hace pesada, a mi parecer, las tramas personales de los personajes en vez de estar entretejidas y hacer de segundo plano en la historia mientras vamos desarrollando la investigación, se suelen llevar el protagonismo en más de una ocasión y eso genera no solo que el caso a tratar pase a ser una sombra sino que la intriga se diluya un poco mientras nos preocupamos por resolver o aclarar sus asuntos. Si bien esto es algo que también solía suceder en el libro anterior, en esa ocasión estaba justificado no solo por la forma en la que ambas cosas estaban ligadas sino porque es común que a manera introductoria te cuenten más detalles que rodean la vida de los personajes que recién te están presentando.
La resolución del caso ha tenido un detalle final que yo no me ví venir y eso me ha gustado, pero el fin, como tal, del libro me ha parecido muy abierto.
Me hubiera agradado también más presencia de un par de personajes en la investigación pero en general la experiencia no ha sido mala.
Si aún no has leído nada de esta autora, empieza con "Delito" y luego continua con "Castigo", si bien los casos son independientes, para conocer mejor las historias de los personajes es siempre recomendable iniciar por el primer libro.

¡Ay, Steve! ¿Qué hiciste? En serio, ¿QUÉ HICISTE?
Desde el tomo pasado vimos que Steve y Chuck, los compañeros de clase de Carly Beth, se impresionaron mucho con la máscara que llevó la niña el pasado Halloween. Era horrible, perfecta para traumar a más de uno en esa época del año, así que deciden preguntarle a la niña por ella, e incluso amenazan con romper la cabeza que hizo su madre como símbolo de amor.
Aún y cuando Carly Beth les advirtió que no podía jugar con esa clase de cosas, los dos chicos acudieron a la tienda por una máscara para asustar a mucha gente. Lastima que no hicieron caso de sus advertencias. Ahora tienen que lidiar con unas caras que no son suyas. Rostros malvados y diabólicos que disfrutan de hacer daño a otros, sin importar quienes sean.
En fin, dejando de lado la premisa de la serie, admito que este libro es uno de los que más leí cuando estaba en primaria. Gracias a mis primos tuve la oportunidad de conocer la segunda parte de la historia de estos amigos, y disfruté mucho volver a ver que era lo que pasaba con Steve y Chuck en este tomo. Siempre es genial recordar esas lecturas que tanto disfruté cuando estaba más chica, así que, ¿Qué les parece si busco otro libro de la serie de Escalofríos para reseñar?

¡Noooo! ¡Eddie!
Lo siento, la costumbre. Todavía duele un poco lo que pasó con este personaje en la cuarta temporada de Stranger Things, así que el libro trajo a la mente algunos recuerdos de vietnam.
En fin, dejando de lado que a los guionistas y creadores de la serie se les ocurrió eliminar a uno de los personajes más rompedores de toda la serie, el libro cumple con lo que promete. Nos lleva a conocer un poco más del inadaptado favorito de Hawkins, al tiempo que descubrimos que, de hecho, el hombre tuvo una oportunidad de triunfar en la música.
Quién lo diría, aunque, tras verlo tocando Master of puppets no me sorprende nada. Eddie siempre demostró cierto talento para los problemas, una buena pizca de humor negro y un montón de lealtad hacia sus amigos, así que verlo de nuevo en escena y como el protagonista de su propia historia fue un excelente recordatorio de por qué se convirtió en uno de los personajes más queridos de esa cuarta temporada.
En fin, fue lindo mientras duró, y que nos quede en la consciencia que, así como se les juzga a muchas personas por sus orígenes, ellos bien podrían juzgar al resto por cómo nos vemos, hablamos y lo que hacemos. Mejor hay que evitar cometer esos errores.
Y abajo la secundaria de Hawkins y el director Higgins.
¡Arriba el club Hellfire!

Me llevaaaa. Salgo de una historia triste y un tanto pesada, a otra igual o más triste. Eso si que no se vale. 

¿Qué diablos pasa con los escritores que siempre nos entregan tramas deprimentes? En fin, supongo que en este caso se me advirtió de lo que podía encontrar, así que no vale de mucho el quejarse o ponerse a tristear por los pasillos. 

Tras haber salvado a Cas, Thomas, Carmel y compañía del hechicero culpable de la muerte del padre de Cas, Anna y él muchacho terminan separados y sufriendo a partes iguales. Por un lado tenemos a Casio super consternado por lo que ocurrió con aquella muchacha que logró colarse dentro de su corazón, a pesar de ya no tener pulso. Y por el otro, parece ser que Anna se encuentra atrapada en un sitio que, todos aseguran, se trata del infierno. Cas ha estado viendo a la chica sufrir y llorar por lo que sea que le ha estado haciendo el brujo en aquel sitio, y no está dispuesto a dejar que su tormento siga creciendo. ¿Logrará salvar a la que se ha convertido en la única capaz de despertar sentimientos románticos en él?

Pues si, esa es la premisa del libro y, conforme avanza la historia, nos vamos adentrando en una espiral de misterios y enredos que ponen a prueba la amistad de Cas, Thomas y Carmel, así como sus sentimientos por el fantasma. Si lo suyo son las historias de romance con un toque de terror, este libro podría ser una buena opción para la semana.

9/10

Me ha encantado!

La mezcla de dark romance con comedia y protagonistas asesinos ha sido fabulosa.

Me he reído un montón y he amado a los protagonistas. Los asesinatos y todo lo relacionado con eso también me ha gustado.

Es un libro que se lee solo y que me ha dejado satisfecha.

Tengo ganas de leer la historia de Lark y Lachlan.

Sobre el libro:

Nellie Oswald está harta del amor. Siempre ha soñado con una pareja perfecta, un amante para toda la vida, pero parece que el destino todavía no le ha escuchado. Todavía. Nellie es dibujante de comics, y un día, acude a la presentación de uno de sus artistas favoritos. Tras conocerle y recibir un discurso motivador de este, Nellie le roba un cuaderno de notas, de tacto agradable y con hojas blancas. ¿Y qué hará Nellie con el cuaderno? Dibujar. Dibujó a su príncipe azul anónimo, ese que anhelaba y con el que soñaba desde pequeña. A la mañana siguiente, Nellie se despierta al sentir el frío contacto de un metal en su cuello. ¿Una espada? ¿Y quién sostenía la espada? ¿Parece un caballero? Nellie no se lo podía creer. El príncipe que había dibujado en el cuaderno de hojas blancas la noche anterior había cobrado vida. Se llama Retro de Amampour y solo quiere volver a su reino, a su casa. ¿Es el hombre que ha estado esperando Nellie? ¿O solo es parte de un mundo que ni si quiera existe?

Los personajes principales de esta historia son Nellie, una chica que no encaja en los estándares de belleza de la sociedad y Retro de Amompour, un caballero que pertenece a un mundo que solo existe en la imaginación de Nellie. También hay otros personajes, como Lenny, Moore y Bendix, personajes masculinos bastante planos y poco desarrollados que simplemente existen para dar coherencia a la trama.

A medida que transcurre la historia podemos encontrar alusiones a películas, series y libros, tanto recientes como conocidos. Se menciona a Harry Potter, Los juegos del hambre, Star Wars, Juego de Tronos, Iron Man y otros muchos. Generalmente, se nombran cuando Nellie se compara con sus protagonistas o piensa qué harían los personajes de esas historias en su lugar. Todo desde un punto de vista cómico que busca que el lector se sienta más identificado y cercano a la historia.

Una historia bastante curiosa que, desde luego, te sacará más de una sonrisa. Además, David Safier, el autor de este libro, consigue combinar esta situación irónica en la que se encuentra Nellie junto a un dilema romántico que tendrá nuestra protagonista a lo largo de la novela.

Si bien es cierto que al principio, la historia me pareció bastante divertida y entretenida, a medida que fue avanzando el libro se me hizo más aburrida. Es verdad que el libro se lee muy fácil y es muy sencillito, pero pierde mucha ironía a medida que avanzan las páginas en favor de la historia de amor de Nellie. Nos encontramos con situaciones bastante absurdas que entretienen, pero están bastante lejos de ser lo que esperaba de este libro leyendo las primeras páginas.

Creo que la idea del libro está bien, pero, se va un poco por las ramas. Llega un momento que la historia parece sacada de la imaginación de un niño, pero supongo que ese es el toque que le quería dar el autor. Yo hubiera enfocado el libro de manera distinta, con menos situaciones absurdas y más situaciones irónicas, que en principio puede parecer lo mismo, pero no tiene nada que ver.

si quieres leer más...
RESEÑA COMPLETA EN MI WEB
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Esta es una historia tan dura como real, de uno de los miles de seres humanos que se juegan la vida por conseguir un futuro mejor.
Contada en primera persona desde el punto del protagonista, Ousman, que con 13 años decide salir de su país natal, Ghana, para llegar al Paraíso, que para él, se sitúa en Barcelona.
Durante todo el viaje su vida está en peligro y aunque parezca increíble, rodeada de individuos, ya que no merecen otro nombre, porque a cambio de dinero son capaces de cualquier cosa, como si lo que tuvieran que transportar fueran alfombras y no seres vivos.
Porque muchos no pudieron conseguirlo, y no podemos olvidarnos de todos los que quedan por el camino, bien en tierra o en agua, estos hechos se tienen que conocer, aspirando a que se termine con las barbaries algún día.
Pero no todo es malo en esta odisea, porque tiene la gran suerte de encontrar a buenas personas que, sin pedir nada a cambio, son capaces de ayudar al prójimo. Los padres adoptivos de Ousman Umar se merecen el aplauso más grande del mundo, aunque ellos quieran permanecer en las sombras y quitarle importancia a sus buenas acciones, desde aquí les doy las gracias por ser así, por enseñarnos que lo importante no es el dinero o las posesiones, necesitamos a más ciudadanos de ese calibre entre nosotros.
Es una lectura que me he hecho florecer muchos sentimientos: Comenzando por el miedo de ver a un niño tan pequeño correr tanto peligro, rabia por saber cómo son tratados, gratitud por esos que hacen las cosas bien y he terminado totalmente desmoronada, llorando como una niña pequeña al ver las fotos que se adjuntan al final.
Sé que tiene una segunda parte, que no tardaré mucho en leer. Os lo recomiendo con los ojos cerrados, no sólo por lo que cuenta, también porque no lleva mucho tiempo.

Bienvenidos de nuevo a Regalía. Vuelvo a encontrarme con la adorable Boots para acompañarla junto con su hermano en este segundo viaje a las Tierras Bajas.
Como en el anterior, los personajes son geniales, la trama sube de intensidad con una buena velocidad, las acciones son frenéticas y está perfectamente ambientado.
Una continuación que no tiene nada que envidiar va la primera, aunque en principio la sorpresa de estar en el mundo subterráneo por primera vez se haya esfumado.
Aconsejo su lectura a quien gusten las novelas de aventuras en mundos irreales.

«El tajo» de Francisco Ayala es para mí el mejor de la colección. Forma parte de la colección de relatos «La cabeza del cordero» de 1949 publicado en el exilio bonaerense del autor. Es un cuento largo (de más de una treintena de páginas) lleno de humanidad. Nos cuenta el tajo que metafóricamente aparece en la vida de nuestro protagonista, el teniente Santolalla. Este tajo será el asesinato de un miliciano en un encuentro imprevisto frente a una parra. Como se ve, parte del relato nos traslada al frente de Aragón durante la guerra civil española. Los dos tiros que propina al pobre miliciano son un acto de cobardía, propios del susto del momento, pero le pasan factura. Deja el cadáver abandonado y solo es retirado por los milicianos tras una tregua concertada con los nacionales. La misericordiosa causa de la tregua y la recogida es el insufrible olor del cadáver pudriéndose. Incluye Ayala dos flashbacks interesantes: el de la muerte de su perrita apaleada por compañeros suyos de escuela (le recuerda el olor dulzón del cadáver de su perrita al olor del miliciano abandonado muerto) y la humillación que le inflige un tal Rodríguez. La escena de la visita tras la guerra a la familia del miliciano muerto es de las que dejan huella. Magnífico relato: un clásico.

«La trastienda de los ojos» de Carmen Martín Gaite es también el título una metáfora de la comunicación interpersonal. El personaje del relato es retraído y ensimismado y le molesta participar en las conversaciones, quiere que le dejen en paz. Se da cuenta que es en los ojos, en la mirada donde está la comunicación: «Hasta que un día descubrió que todo el misterio estaba en los ojos. Se escuchaba por los ojos, solamente los ojos le comprometían a uno a seguir escuchando…» Para evitar la interacción con los demás, evita el mirarles y se abstrae. No me ha acabado de convencer.

«El coche nuevo» de Francisco García Pavón forma parte de sus «Cuentos republicanos y es un simpático cuadro de costumbres lleno del buen humor característico del autor de Tomelloso. Nos cuenta el efecto que causa la llegada a la aldea del flamante Ford T del abuelo. Finaliza con una irónica oda al progreso de éste: «Entonces el abuelo habló del progreso de las ciencias, de Blasco Ibáñez, de Don Melquíades Álvarez y de la democracia americana, gracias a la cual se hacían autos, y no en los pueblos «retrospectivos» como España».

En «Pecado de omisión» de Ana María Matute un pobre huérfano tiene que recurrir a su miserable tío que lo saca del colegio (era un estudiante brillante) y lo envía de pastor al monte con un tonto taciturno de compañero. Tras varios años y ver como un antiguo compañero del colegio es ahora un pulido abogado le suben a la cabeza todos los rencores contra su tío y el pecado de omisión del título es castigado con el aplastamiento de su despoblada cabeza con una piedra cuadrada.

«La despedida» de Ignacio Aldecoa es más que un relato un cuadro de costumbres de la dura posguerra española. Nos presenta a un anciano enfermo que sube al tren para ir a la ciudad (supuestamente a operarse) y se despide de su mujer. Los sencillos diálogos superrealistas se combinan con una prosa muy cuidada llena de vocablos difíciles y en desuso.

«Aquella novela» de Medardo Fraile es una irónica reflexión sobre la literatura. Un vulgar obrero que solo ha leído una novela la encuentra el súmmum: «Por un tema cualquiera, Luis recuerda aquella novela que leyó. Creo que no hemos hablado en tres años de nada importante, y hasta no importante, que Luis no recordara haberlo encontrado, más memorable y rico, más vivo, en la novela aquella…Cada vez que, al hacerse una pausa, Luis decía, tratando de meterse en su recuerdo: «Una vez leí yo una novela...», el aire se adensaba, se paraba a escuchar y las mamparas que nos separan del público y huelen a magdalenas, a grasa, a pan candeal, a cesta de higos y, cuando llueve, a veces, no sé por qué, a tinta fresca de imprenta, animaban su ajado color naranja, porque, allí, en aquella novela, estaba lo que nosotros hablábamos, pero mejor, más elevado y picante, con sentido, interés y detalles para no olvidarlo nunca.» El narrador sospecha de varios títulos de novela que podría ser «aquella novela» inolvidable, pero, por desgracia, el tal Luis no recuerda el título. La clave del relato creo que es que la literatura supera a la realidad especialmente porque aquella está llena de sentido y no es caótica. Cada cosa que sucede en la novela lleva a la siguiente y sigue un argumento con sentido. La vida es imprevisible y no tiene sentido. Uno de los más brillantes relatos de la docena antologada.

«Los temores ocultos» de Luis Mateo Díez es un relato metaliterario sobre un escritor de novela negra y su interacción con su personaje que podría llegar a la suplantación. Me ha parecido flojo.

«Un ruido extraño» de Juan Eduardo Zúñiga ambientado en la guerra civil, nos presenta a un miliciano en el Madrid frente populista que entra en un palacete abandonado siguiendo un ruido. Este ruido era provocado por un desgraciado emboscado que «…había ido huyendo hasta el fondo del sótano, en donde había encontrado otros enemigos peores que yo. Una figura pequeña, vacilante, con un abrigo verde, que se contorsionaba. La tenía encañonada, bajo la luz del encendedor y bajo mis ojos. Pero no era una mujer: era un viejo, tenía barba crecida, y un momento en que quedó quieto ante mí y me miró, parpadeando, comprendí que era un hombre joven sin afeitar, con bigote lacio, la piel blanca como la cal y horriblemente delgado. Vi sus facciones finas, sus orejas casi ocultas por el pelo largo, sus ojos hundidos en terribles ojeras, cegados por el ligero resplandor que yo había llevado a aquel sótano. Noté que las ratas se me subían por las botas y trepaban por el pantalón, y pensé que tardaría poco en encontrarme como él, sin poder ahuyentarlas.» La terrible imagen del demacrado emboscado atacado por las ratas escondido en un palacete abandonado huyendo de los amables milicianos es un reflejo fiel de lo que se vivió en ese «largo noviembre de Madrid».

«Los brazos de la i griega» de Antonio Pereira juega con lo fantástico, contando en primera persona un viaje al Nepal que trae reminiscencias de su pueblo y de su infancia al narrador. Concretamente, un lugareño nepalí le recuerda a un personaje (el señor Adolfo de Ambasmestas) que falleció muchos años atrás del tétanos de una herida mal curada en forma de i griega. Sorprendentemente encuentra en el lugareño la misma cicatriz que tenía el fallecido señor Adolfo. ¿Reencarnación budista?.

«El niño lobo del Cine Mari» de José María Merino es un relato que mezcla la fascinación por el cine (recuerda «La rosa púrpura del Cairo» de Woody Allen) con el elemento fantástico del niño que aparece y desaparece dentro de las películas que ve proyectadas en el cine y a quien se encuentra en un cine (el cine Marí del título) cuando estaba siendo derribado. Sugerente y con guiños a otra película de la época: «La guerra de las galaxias».

«Ella acaba con ella» de Juan José Millás nos cuenta cómo una cincuentona hereda la casa de sus padres y acaba destruida por los fantasmas de su infancia y juventud que impregnan la vivienda. Aclaro que los fantasmas son sólo metafóricos. No me convence del todo, aunque la idea de partida era interesante.

«Las luengas mentiras» de Álvaro Pombo responde a su título y nos presenta a un mentiroso compulsivo que empieza con una mentira relativamente piadosa, afirmar que había acabado la carrera de arquitecto aunque le quedaban tres asignaturas, y continua con mentiras cada vez más innecesarias y difíciles de mantener. Este feo hábito, que ahora es muy normal entre nuestros políticos y lo llaman posverdad o cambiar de opinión, arruina su matrimonio. Me recuerda una magnífica película española «La vida de nadie» (Eduard Cortés, 2002) protagonizada por un José Coronado en estado de gracia y que lleva la premisa de este cuento a sus últimas consecuencias.

Clásica biografía que merece la pena leerla para los muy beethovenianos (es mi caso). Inconvenientes: es demasiado larga y tiene un estilo a veces farragoso con descripciones literarias de las obras musicales que a veces caen en el ridículo. Ejemplo de la descripción de la sublime Arietta de la Sonata para piano Opus 111: «En el segundo movimiento, de doble longitud, un aria con variaciones, retorna el callado sentimiento de depresión, la resignación a aquel destino que acaba de pasar con rumor delirante; es una canción llena de anhelo y esperanza. La primera variación se columpia ahí como una góndola en Venecia. En los dos siguientes se anima, se hace alegre; en la cuarta se espiritualiza; en la quinta alcanza la cumbre: todas fluyen una tras otra sin censuras, como una fantasía. En el famoso finale con sus largos trinos se mueven muy en el fondo trozos del tema, mientras que arriba resplandece todo, como si, pasada la tormenta, luciera de nuevo arriba el sol, mientras que gotean todavía las ramas, pudiendo ser lo mismo gotas de lluvia que gotas de llanto.» Lo interesante es que, aunque demasiado poética, es precisa para quien conoce la obra.
Engarza anécdotas algunas significativas y otras no tanto. No cuenta la vida del genio episódicamente sino que es más bien reflexiva y reiterativa. Se hace muchas veces pesado el libraco (son más de 400 páginas en la edición de Mario Muchnik).
Lo salvo sobre todo por lo que nos cuenta sobre el famoso sobrino Karl (que ha sido objeto hasta de alguna novela). Encuentro más interesante la segunda mitad que la primera. Las palabras que dedica al Himno a la alegría (hoy ya Himno de Europa) son curiosamente proféticas: "La Canción a la alegría, para la que Beethoven compuso la más popular de sus melodías, que cualquier niño puede comprender y cantar, toda ella extendida sobre una quinta, es llevada primero por los bajos y se inicia como un coral de iglesia al que la multitud ha de sumarse; sólo el respeto y la costumbre impiden desde hace cien años que tal cosa ocurra en la sala de conciertos. Pues no hay himno nacional que sea tan apropiado para ser cantado a coro. Esta canción nació para convertirse en un himno internacional. Con fácil mano podría adaptarse a esta finalidad y se cantaría en todos los idiomas a los que ha sido trasladada desde hace mucho. La canción alberga el nuevo himno popular de la Humanidad que nacerá del terror de nuestros días.»

El biógrafo defiende una curiosa tesis: compara a Beethoven con Goethe y, sobre todo, con Napoleón como titanes en sus respectivos ámbitos. Para Emil Ludwig, Beethoven es un conquistador de una clase más espiritual que Napoleón. De hecho divide la biografía en cinco grandes partes: Juventud Sombría, El conquistador, El dominador, Intermezzo y Soledad. Como se ve, el biógrafo incide en esa tesis de Beethoven como conquistador y dominador: según el si hubiese sido político habría sido dictador. Es un modelo de biografía de tono romántico y muchas veces hinchado estilo. Ahí va un ejemplo: “Aun cuando su camino escarpado le había llevado ya como creador hacia las cumbres alpinas, heladas y resplandecientes a veces, luego otras veces envueltas en niebla, gustó siempre de volverse al verde valle para recoger las florecillas silvestres del aplauso.” Me parece excesivo para una biografía y pelín trasnochado.