El color púrpura

Este libro me ha impresionado y conmovido profundamente –entre tantos títulos que hoy en día encontramos abordando de manera directa cuestiones como el racismo y la misoginia, me sorprende que una obra de ficción, una novela, logre, de forma breve, tajante y contundente, tratar también estos temas. Y no porque la literatura no pueda lograr esto; al contrario, yo creo fervientemente que ésta nos hace reflexionar sobre cuestiones fundamentales de la vida cotidiana sin por ello sacrificar su calidad como obra de arte. Es quizá que hacía varios meses que no me encontraba con un libro como éste, un clásico, perfecto en ejecución y contenido. Y es que El Color Púrpura es una de esas novelas que permanecerán por siempre conmigo.

El libro presenta las vidas de dos hermanas, Celie y Nettie, nacidas en el sur de los Estados Unidos, a principios del siglo XX. Su infancia y adolescencia es desgraciada: huérfanas de madre, su padre se vuelve a casar, pero Celie es abusada por él y tiene dos hijos a quienes éste hombre le arrebata. al poco tiempo, Celie se casa con un hombre viudo, quien también la maltrata y la obliga a hacerse responsable de los hijos que tuvo con la primera mujer. Unos pocos años después, Nettie también abandona la casa paterna, ya que también está en peligro de ser abusada –después de una pequeña temporada en casa de Celie y su esposo, y al rechazar los avances de éste, debe de nuevo abandonar el lugar y es así como llega a casa de un pastor y comienza su vida como misionera. Pasará los siguientes 30 años en África. Durante todos esos años, siempre le escribirá a Celie, sin tener respuesta, ya que el esposo de Celie, en venganza, le esconderá las cartas.

La novela está de hecho narrada a través de cartas –tanto de Celie a Dios, como posteriormente a Nettie, y las cartas de ésta a su hermana, que a mitad del libro comenzamos a descubrir. Las cartas son una especie de diario en donde consta el sufrimiento de Celie a manos de los hombres que estuvieron en su vida, y el cambio que muchos años después comienza a fraguarse cuando conoce a Shrug Avery, amante de su marido y el único amor de su vida.

El Color Púrpura es una retrato cruel del racismo imperante en las comunidades afroamericanas en los Estados Unidos pero también del mismo racismo, intolerancia y misoginia que los miembros de esta comunidad se inflige entre ellos, particularmente contra las mujeres. Quizá esto fue lo que más me impactó: lo común que resultaba (y resulta) denigrar a la mujer solo por su condición, y lo irracional de prejuicios como éste, que no solo destruyen al persona contra la cual se ejercen sino también a quien lo ejerce –un odio que deshace lo positivo que hay alrededor.

Por otro lado, Celie es posiblemente una de las protagonistas más fuertes e íntegras que la literatura y durante la historia vemos dicho crecimiento año con año. de ser una mujer resignada a, observamos como ciertas situaciones y personas contribuyen a forjar un carácter mucho más decidido. Siempre fue una persona resiliente a la adversidad pero el tiempo hace que lo vivido permee en su forma de ser y comience a defenderse.

Dos mujeres importantísimas en su vida son Sofía y Shrug –Sofía es la esposa de Harpo, hijo mayor de su esposo, y es una chica que se casa enamorada del muchacho. Sin embargo, su felicidad nunca llega a ser completa porque Harpo cree que para demostrar su hombría debe someterla, aunque la ama, y busca pleitos y peleas sin contar que Sofía sabe defenderse. Sus prejuicios, su idea heredada de que el hombre debe tener la última palabra, destruyen su matrimonio. Celie al principio no puede creer que una mujer pueda comportarse así, no porque no deba sino porque tiene miedo. Porque ella solo conoció golpes y vejaciones y no tenía la fuerza para defenderse. Sin embargo, termina admirando a Sofía pues si bien su ‘carácter' contribuye a su separación de Harpo, ella sabe, como un personaje le comenta:

“Me dijo que tu pensabas que tu manera de hacer las cosas era tan buena como la de cualquiera. Y que además era tuya.”

Sofía en todo momento demuestra que ni el ser de color negro ni el ser mujer es una condición para avergonzarse ni para tolerar el abuso de nadie, ni blancos ni negros.

Shrug Avery es también una mujer fundamental –no solo le enseña la posibilidad el amor, sino la belleza de la vida, el derecho que tienen los seres humanos para ser felices y buscar esa felicidad sin importar las circunstancias. Shrug es un importante apoyo para Celie, en su camino a superar los malos tratos de su esposo, y en independizarse. Si bien esta mujer no era una santa –era amante del marido de Celie, había abandonado a sus hijos y llevaba una vida de excesos, es sin duda un personaje que ejemplifica que el ser humano no es blanco o negro y que ciertas acciones no nos condenan o hacen malas personas. Es a través de ella que Celie comienza a perdonar y seguir adelante, aceptando lo que sucedió pero sin amargarse:

“- A mí me parece que Dios se mosquearía si al pasar por un campo no vieras el color púrpura.
-¿Y qué hace Dios cuando se mosquea?
-Oh, seguramente busca otra forma de agradarte. Cree la gente que lo único que a Dios le interesa es que lo alaben. Pero cualquier idiota que viva en este mundo puede darse cuenta de que Dios también quiere contentarnos.
-¿Si?
-Sí. Siempre está dándonos pequeñas sorpresas cuando menos los esperamos.”

Hubo sin duda muchos momentos que me dieron muchísima rabia, el mismo coraje que Celie tuvo y el dolor que afrontó, pero al final, Walker resuelve las cuestiones con una actitud fuerte, feminista pero sin dejar de ser nunca, humana.

[GAL] El color púrpura publicouse en 1982 e, a verdade, é que non podo imaxinar o impacto que tivo que ter nese momento a aparición dunha obra que denuncia tan evidentemente o racismo e o machismo.

Trátase dunha novela epistolar na que Celie dirixe as súas cartas a Deus. Nesas misivas conta como o seu pai abusa dela, como ela tolera eses abusos para protexer a Nettie (a súa irmá) e como finalmente é obrigada a casar cun home viúvo que simplemente quere a unha muller para que se faga cargo dos seus fillos. Segue escribindo cartas durante o seu matrimonio que, como era de esperar, é de todo menos agradable.

No medio de todas estas penurias, Celie e Nettie vense obrigadas a separarse forzosamente, aínda que Nettie promete seguir en contacto. Porén, pasan as semanas, meses e anos e Celie non recibe novas da súa querida irmá. Avanzando na lectura descubriremos o porqué.

A pesar deste ambiente tan hostil, atopámonos ante unha novela na que se pon en valor as alianzas e o apoio entre mulleres, que condena a través das súas personaxes a violencia de xénero e na que se denuncia o racismo nos Estados Unidos que aínda predominaba hai un século (se é tan evidente aínda agora, imaxinade).

Ten un comezo escalofriante. A primeira páxina fixo que parase a coller aire varias veces e a pensar se realmente estaba preparada para ler o que viña a continuación. É un dos comezos máis duros que lin nun libro e, a pesar de que sempre comento a pouca memoria que teño para as lecturas, estou bastante segura de que este inicio non se me esquecerá facilmente.

[CAS] El color púrpura se publicó en 1982 y, la verdad, es que no puedo imaginar el impacto que tuvo que tener en ese momento la aparición de una obra que denuncia tan evidentemente el racismo y el machismo.

Se trata de una novela epistolar en la que Celie dirige sus cartas a Dios. En estas misivas cuenta como su padre abusa de ella, como ella tolera esos abusos para proteger a Nettie (su hermana) y como finalmente es obligada a casar con un hombre viudo que simplemente quiere a una mujer para que se haga cargo de sus hijos. Sigue escribiendo cartas durante su matrimonio que, como era de esperar, es de todo menos agradable.

En medio de todas estas penurias, Celie y Nettie se ven obligadas a separarse forzosamente, aunque Nettie promete seguir en contacto. Sin embargo, pasan las semanas, meses y años y Celie no recibe noticias de su querida hermana. Avanzando en la lectura descubriremos el porqué.

A pesar de este ambiente tan hostil, nos encontramos ante una novela en la que se pone en valor las alianzas y el apoyo entre mujeres, que condena a través de sus personajes la violencia de género y en la que se denuncia el racismo en los Estados Unidos que aún predominaba hace un siglo (si es tan evidente aún ahora, imaginad).

Tiene un comienzo escalofriante. La primera página hizo que parase a coger aire varias veces y a pensar si realmente estaba preparada para leer lo que venía a continuación. Es uno de los comienzos más duros que leí en un libro y, a pesar de que siempre comento la poca memoria que tengo para las lecturas, estoy bastante segura de que este inicio no se me olvidará fácilmente.

El color púrpura es uno de los libros que más años llevaban en mi lista de pendientes. Siempre me pasa que cuando un libro tiene mucha fama y una crítica muy positiva, me debato entre la curiosidad y el miedo, de ahí que haya tardado tanto en animarme a leer esta joyita, que ya a día de hoy podemos considerar un clásico. Una obra epistolar que te absorbe desde la primera carta hasta la última.

Celie y Nettie son dos hermanas que nos contarán la historia a través de las cartas que se enviarán la una a la otra durante décadas. Celie, la mayor, después de ser violada por su padre continuamente y de parir dos hijos que le quitarán, será obligada a casarse con un pretendiente de su hermana. Por otra parte, Nettie huirá del hogar familiar y su camino se separará del de su hermana. No quiero contar mucho de la trama, porque es de esas historias donde cada detalle cuenta, cada palabra y cada frase son una delicia que hay que ir descubriendo poco a poco.

De lo que si quiero hablar son de los personajes. ¡Vaya maravilla de personajes! Y, sobre todo, los personajes femeninos. Todas son mujeres fuertes, que tienen que luchar en un mundo machista, además de racista, que consigue colocar a la mujer negra en la parte más baja de la pirámide. Lejos de conformarse, estas mujeres luchan por sobrevivir y ser tratadas como iguales, en un mundo que no se lo pone fácil. Y lo más importante, luchan juntas. Este libro destila sororidad en todas sus páginas. Y fue publicado en 1982, un ejemplo que la época en la que se publica un libro, no justifica según que ideales anticuados.

Voy a entrar un poquito más en detalle con los personajes femeninos, y en primer lugar nos encontramos con Celie, la gran protagonista. Celie sufré una gran evolución durante las páginas de la novela, pasando de niña sumisa, a mujer rebelde que lucha porque nunca más ningún hombre la controle. Nettie, mucho más rebelde desde pequeña, tiene claro esto desde el inicio y su personalidad la llevará a vivir una vida muy diferente. Sofia es uno de los personajes más interesantes de la obra, su fortaleza y su vitalidad son castigados duramente, pero aún así, sigue adelante siempre. Squeak, una joven mujer insegura e inicialmente débil, dará un giro a todo esto gracias a la ayuda y el apoyo del resto de mujeres. Y por último, pero no menos importante, Shug Avery, una mujer que se dedica al espectáculo, acosada por las críticas del puritanismo religioso. Es la demostración perfecta de mujer fuerte que vive su vida sin importar lo que digan los demás. Shug es un personaje enorme. Lo dicho, esta novela tiene una gran riqueza en personajes femeninos.

No menciono a los personajes masculinos, aunque hay varios, porque realmente todos pecan de ese machismo tan arraigado, algunos de una manera más sutil o otros de una manera más agresiva, pero todos juegan al mismo juego. Y, además, esta es una historia de grandes mujeres y son ellas las que destacan. En definitiva, una obra maestra que merece toda y cada una de las buenas críticas que tiene.

Hay libros que sabes que acabarás leyendo pero que, por diferentes motivos, lo vas dejando. ‘El color púrpura' era uno de esos para mi hasta que hace unos meses mi abuelo me regaló su ejemplar. Está amarillento y con la cubierta quemada por el sol, pero para mí no puede ser más especial. O eso creía, porque leerlo con amigas le ha dado aún más valor.
 
Ambientada en las primeras décadas del siglo XX en Estados Unidos, la novela aborda la experiencia de ser mujer, negra y con recursos económicos muy limitados. La historia empieza con una bofetada emocional ya en la primera página, no se anda con chiquitas y no deja que te prepares, aquí has venido a sufrir.
 
 La novela tiene como protagonista a Celie quien tras una serie de experiencias innombrables en su propio hogar es obligada a casarse con un hombre que (sorpresa, sorpresa) no tiene en mente tratarla bien, ella le da igual solo está ahí para cumplir los deberes que se esperan de una esposa y, honestamente, casi de una esclava. Celie aguanta porque desde pequeña solo ha aprendido a callar, por su bien y el de los demás, soportará por su hermana Nettie, a quien trata de salvar de una vida como la suya. Sin embargo, algo sucede pronto y ambas quedarán separadas, unidas por la promesa de escribirse, pero… las cartas de Nettie no llegan.
 
Así, gran parte de la novela está narrada en forma de las cartas de Celie le envía a Dios. A Dios porque no tiene a nadie más a quien escribir, tal es su soledad y que, al ser receptor de su correspondencia, generará importantes reflexiones en la protagonista de quien veremos cómo su visión sobre la religión va cambiando. La estructura epistolar hace que apenas existan diálogos y descripciones, tampoco una continuidad determinada en el correr del tiempo, se escribe cuando hay tiempo y algo que contar. Así, la novela está llena de periodos de silencio y de huecos que solo podemos intentar llenar.
 
Una novela con un gran arco de los personajes, que te harán reflexionar sobre el perdón y las segundas oportunidades, sobre la posibilidad de construir tu identidad y autoestima si tienes apoyo y paciencia. Un libro durísimo pero lleno de amor en todas sus clases (familiar, romántico, tóxico, de amistad...).
 
Imposible pasar por alto el papel de los personajes secundarios, que para mí sostienen la novela y que son el verdadero detonante del cambio en la protagonista. Mujeres que se hacen oír en una sociedad machista y racista, que muestran la fuerza que se consigue al luchar juntas, y que solo así consiguen perseverar. Una novela que hace un retrato brutal de la sociedad de ese tiempo y que nos deja intuir su evolución a través de sus personajes.
 
Una historia llena de injusticias, que te hará enfadar, con escenas de violencia y abusos (aviso) y secretos que acaban saliendo a la luz.
 
Se que me dejo mucho por decir, pero es que a mi hubo gran parte de la trama que me encantó descubrir con la lectura y por eso… no lo voy a mencionar. Y el simbolismo detrás del color púrpura, ¡me encantó!
 
Con todo, diré que esperaba algo más, quizá las expectativas me jugaron una mala pasada porque iba convencida de que se convertiría en favorito y se quedó a medio camino.

Encontré esta joya en una librería de viejo por 2 euros y para mi casa se vino. Tenía el recuerdo de una película maravillosamente interpretada por Whoopi Goldberg que se me quedó en el corazón y tenía altas expectativas al abrir el libro.
Puedo asegurar que las ha cumplido con creces, es mucho más de lo que recordaba. Escrita es forma epistolar, es la historia de dos hermanas, norteamericanas, pobres, de raza negra, que tienen distintos destinos en la vida:
Por un lado está Celie, obligada a casarse con un hombre al que desprecia, con una vida llena de sufrimiento, que cuida de todos menos de sí misma. El crecimiento del personaje es absolutamente fantástico.
Por otro, Nettie, que decide ir de misionera con una familia, a conocer sus raíces, nada menos que al territorio de una tribu africana. Me ha resultado devastador ver cómo el hombre blanco se apodera y estropea todo a su paso.
Pero no sólo las protagonistas son importantes, porque cada uno de los personajes secundarios aporta mucho a la trama. Shug y Sofía son mujeres increíbles, muy adelantadas a su tiempo, fuertes e independientes. Mister y su hijo o Pa, como ejemplos de hombres machistas, lo clavan.
La denuncia de los malos tratos, del racismo, la impotencia frente a las injusticias, todos son ingredientes que le añaden un extra de ternura mientras que al mismo tiempo nos enseña lo que quedó después de la época esclavista.
Ha sido ponerme en el lugar de cualquiera de las dos hermanas, llegando a emocionarme o ponerme furiosa dependiendo del momento.
Me alegro muchísimo de que se haya cruzado en mi camino esta lectura justo en el momento adecuado, estoy feliz de haberla leído, aunque debo admitir que no ha sido una lectura fácil ni cómoda, pero sí que os aconsejo su lectura.