Atelier of Witch Hat 8

Aviso: esta reseña contiene spoilers de los primeros tomos de Atelier of Witch Hat, un manga cuyas preciosas ilustraciones y ediciones son capaces de quitarte el aliento. En él acompañamos a Coco en su camino por convertirse en maga para intentar salvar a su madre, presa de una maldición debido a un trágico accidente.

Coco y sus compañeras regresan a la tranquilidad del atelier después de superar el segundo examen. Entonces, reciben la visita de Tartar, un joven al que conocieron en la ciudad de Karoon, que les pide ayuda para montar un puesto en la celebración mágica del Festival de la Noche de Plata. Las cuatro aprendices se vuelcan en los preparativos. En estas, Coco se reencuentra con Kusters, el chico que quedó inválido después del incidente del río y que resulta ser amigo de Tartar. Un nuevo reto se presenta ante Coco, quien descubre una nueva visión del mundo mágico

En este nuevo tomo, como siempre se nos presentan ilustraciones preciosas y una composición de las viñetas como sólo sabe Shirahama. Esta mangaka, vuelve a traernos al mundo de atelier como sólo su pluma sabe, logrando que simples conversaciones se llenen de significados a través de los simples gestos de los personajes. Además, en este tomo descubrimos un poco más de este mundo mágico cargado de sorpresas, en el que no todo es tan bonito como parece.

Si bien se nos introducen algunos nuevos personajes y vemos una pequeña evolución en alguna de las chicas, la protagonista indiscutible vuelve a ser Coco, esta vez acompañada de Tartar y Kusters. Este último, resulta un personaje muy interesante y misterioso, en contraposición con el querido Tartar que es un joven muy adorable e inteligente. Por su parte, Coco no deja de sorprenderme con su forma de ver el mundo, sin dejar de ser una niña, se muestra capaz de ver los grises de esta sociedad.

Cada vez que termino un tomo de Atelier quiero más y más. No sólo por sus increíbles ilustraciones, sino también por sus interesantes personajes, su rico mundo y un sistema de magia original que da mucho de sí. Deseando ver qué más sorpresas traerá el siguiente tomo.

Irbis.

Este tomo que a simple vista parece simple, oculta mucha más profundidad de la que aparenta. Comienza con Tartar pidiéndole a las chicas ayuda para el Festival de la Luna de Plata y en el tomo vamos viendo los preparativos para dicho festival. No obstante, Tartar y Coco se reencontrarán con Kusters, un chico al que ayudaron en tomos anteriores. A raíz de sus conversaciones con dicho personaje nos mostrarán la diferencia entre clases, entre humanos y magos, y hará que tanto Tartar y Coco se replanteen las reglas de la magia. Pone en evidencia esa dualidad de tener el poder para hacerlo todo, pero no hacerlo por miedo a los sucesos del pasado. ¿Y ese final? No me esperaba para nada algo así, tanto por los sucesos como por la aparición de cierto personaje que sin duda creará una encrucijada.

La historia de Kusters y Dagda me ha gustado mucho y nos muestra el otro lado de esta sociedad donde existe la magia.

Visualmente sigue siendo un goce para la vista. Adoro el diseño de personajes, la ambientación y prácticamente todo. Es precioso.