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ISBN : 8433966634
624 páginas
Editorial: Editorial Anagrama (18/04/2006)

Calificación promedio : 4.34/5 (sobre 70 calificaciones)
Resumen:
Entre la narrativa detectivesca, la novela «de carretera», el relato biográfico y la crónica, Los detectives salvajes está considerada por la crítica y el público de todo el mundo como una de las mejores y más originales ficciones escritas en las últimas décadas. Incluye apuntes manuscritos de Roberto Bolaño para la escritura de Los detectives salvajes. Uno de los mejores libros en español de los últimos 25 años segúnBabelia. «Todo lo que comienza como comedia indef... >Voir plus
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Críticas, Reseñas y Opiniones (9) Ver más Añadir una crítica
Gww
 15 May 2024
Los detectives salvajes (Anagrama 1998) tiene el regusto a obra maestra y de culto de otros tantos libros de los años noventa como los de Foster Wallace, Palahniuk o Bret Easton Ellis. Un tiempo en el que la escritura volvía a ser un medio de desafío y en el que se buscaba romper las fronteras del estilo y la sociedad con propuestas desafiantes. Muchas de éstas no lograron superar una leve excitación inicial y cayeron pronto en el olvido atadas a la realidad del tiempo que las vio nacer. En unos casos por lo circunscrito de su temática, en otros por la escasa valía y mérito del propio texto.



Sin embargo, nada de esto aplica a Los detectives salvajes, tampoco al resto de la obra del autor o a Roberto Bolaño, quien continúa gozando de un enorme reconocimiento sin por ello haber perdido una parte de ese carácter de obra para entendidos, para una gran minoría que puede reconocerse en gustos más esforzados y selectos que el resto de lectores.



El éxito de esta obra puede decirse que fue instantáneo puesto que mereció reconocimientos tales como el Premio de Novela Herralde o el Premio Rómulo Gallegos. También el éxito de público fue notable y así sigue siendo hasta nuestros días gozando de reediciones continuas.



Y, sin embargo, ni por extensión ni por la temática, ni por lo complejo de su estructura o argumento tenía visos de convertirse en un éxito. Reconozco que llego tarde a la obra de Bolaño, es este el primer libro suyo que leo y, pese a ello, he sentido parte del vértigo que debió suscitar en aquellos sus primeros lectore, porque, si bien, Los detectives salvajes no es el primer libro de Bolaño, sí es cierto que es el primero que obtiene tan gran repercusión y que ésta ya no le abandonaría.



Para comenzar, trataremos de ofrecer un pequeño resumen del argumento que se desarrolla de manera fragmentaria a lo largo de toda la obra como pronto veremos. Estamos en el México D.F. de mediados de los setenta, un tiempo entremezclado de revolución y golpes de estado pero en el que unos jóvenes parecen absorbidos por la poesía, por un movimiento de escaso renombre y exigua obra, leves postulados y mucho orgullo: el real visceralismo.



Poco podemos saber de cómo es la obra de este grupúsculo dado que pese a que en el libro se habla mucho de poesía, poca muestra de ella podemos encontrar. Tan solo podemos atisbar que tratan de reflejar con visceralidad la realidad que les rodea, lo que puede ser decir todo como no decir nada.



Pero sea como fuere, este grupo de jóvenes termina por ir disolviéndose al tiempo que sus dos principales figuras, Ulises Lima y Arturo Belano, deben salir a la carrera junto a una prostituta y el otro miembro más joven del grupo, García Madero, al norte de México, a la región de Sonora donde, al tiempo que huyen y buscan refugio de algunos problemas que quieren dejar atrás, aprovechan para localizar el rastro de Cesárea Tinajero, una supuesta poeta de los años veinte a la que consideran, no queda claro el motivo puesto que apenas se conoce poema escrito por su mano, como la verdadera creadora del movimiento real visceralista.



Y el viaje produce revelaciones, como cualquier otro viaje iniciático, y termina por devolver a los protagonistas a la capital y a su posterior salida a diversos destinos en Europa o Latinoamérica, una especie de renuncia o exilio, no se sabe si buscado o forzado.



Nada más se necesita saber y, de hecho, poco más averiguará el lector sobre esta historia algo confusa por la propia dinámica de los personajes. Llegamos aquí, sin embargo, al nudo del mérito de Los detectives salvajes. El libro está dividido en tres partes claramente diferenciadas. Una primera que es el diario de García Madero, el joven que acompaña a Ulises y Arturo a Sonora, desde el día en que entra a formar parte aún sin apenas saberlo de los real visceralistas, hasta que han de salir de la capital federal para salvar sus vidas, todo ello en el año 1975.



A continuación tenemos una segunda parte, la de mayor extensión, formada por cincuenta y tres capítulos de variada longitud en los que la voz narrativa se disgrega. Cada narrador pasa a describir lo que ha conocido de Ulises o Arturo, cómo los ha conocido, dónde se los encontró, qué pensaba de ellos, lo que interpreta, en definitiva su pequeña versión de los hechos. de este modo, avanzamos en el tiempo a salto de mata y de una localización a otra, desde México a los Estados Unidos, París, Tel-Aviv, Malgrat, Barcelona o la Feria del Libro de Madrid. Estos capítulos abarcan desde el año 1976 hasta 1996. Aquí vemos la separación de los dos protagonistas, su renuncia al real visceralismo, sus vidas complejas, rotas y reconstruidas una y otra vez, sus vacíos de todo tipo, su lucha por avanzar, en suma, tenemos el verdadero testimonio en forma biográfica de lo que es el real visceralismo a falta de sus versos.



Y aquí es cuando se retoma nuevamente el diario de García Madero, en el mismo momento en que salen pitando de México D.F. y nos cuenta, de un modo algo más orgánico, los viajes por el norte en busca de Cesárea Tinajero y su separación definitiva de Belano y Lima.



Y es esta estructura lo que sostiene toda la novela, lo que la impulsa y permite que el lector crezca en ella, la habite de algún modo haciéndola suya y atribuyendo voluntades y deseos a los protagonistas. Bolaño opinaba que la mera narración lineal no era sino un eco del pasado y para él toda la novelística había de sostenerse sobre una arquitectura potente y dinámica, como demuestra en Los detectives salvajes.



Y es así como logra que el lector se pregunte de continuo quiénes son esos detectives salvajes, si los protagonistas en busca del rastro perdido de la poeta Cesárea o quienes parecen seguir su pista y que suelen ser quienes interrogan a muchos de los narradores de la segunda parte. Pero también el lector pasa a formar parte de esos detectives, de quienes tratan de reconstruir un sentido en las vidas de Ulises Lima y Arturo Belano, tal vez obviando que nuestras biografías también toman esa forma poliédrica, que nuestras acciones tampoco son lineales y que vistos desde diferentes ángulos podemos resultar personas divertidas o estériles, ingeniosas o pacatas, generosas o egoístas, abusadoras y abusadas sin riesgo de perder la coherencia.



Y no de otra forma parece actuar Roberto Bolaño puesto que gran parte de los elementos de la novela los toma a préstamo de su propia biografía. Como Belano, con quien evidentemente guarda notable similitud fonética, viene de Chile, como él, vuelve a Chile en el año clave de 1973, poco antes del golpe de estado que derroca a Allende, como él se involucra en los movimientos poéticos de vanguardia del México de los setenta. También como él parece renunciar a los mismos y emigra a Barcelona junto a su madre para terminar viviendo en un pequeño pueblo de la Costa Brava.





Muchas preguntas surgen de todo ello. ¿Qué significa la renuncia al real visceralismo?¿Por qué los amigos se separan y parecen renunciar a todo? ¿Su vida es un fracaso consecuencia de una juventud estéril o es la prueba de la esterilidad y mediocridad de nuestro mundo? Cada lector podrá sacar sus propias conclusiones, completar esos enormes vacíos de que está hecha la obra, porque el silencio, lo que no se dice, es otro de los grandes protagonistas del libro.



Pero poco de esto nos ha de importar. Sin duda, el valor que pudo tener para Bolaño esta conexión biográfica debió ser innegable, pero estos paralelismos no deberían ser tenidos en cuenta para formular un juicio de la novela ni para tratar de avanzar en su interpretación. al igual que todos los grandes autores, Bolaño toma de esos hechos biográficos los elementos para crear una historia que termina por trascenderlos. Y eso es así para toda la obra de este escritor tan acostumbrado a crear realidad partiendo de la ficción como hizo inventando biografías en La literatura nazi en América o con todas las referencias circulares que pueblan sus obras en las que, por ejemplo, aparece ya citado Arturo Belano previamente a Los detectives salvajes o en las palabras de Cesárea donde se prefigura otro gran libro del mismo autor, 2666.



La obra está escrita en un estilo muy dinámico, de modo que la lectura se hace sencilla pese a lo complejo de la estructura. Uno no tiene la sensación de perderse pero, si en algún momento esto ocurriera, poco importa, puesto que la trama avanza de modo circular. Algunas páginas están repletas de visceralismo propiamente dicho, con excreciones, escenas sexuales detalladamente descritas, pero en otras ocasiones la poética sale a la luz y la belleza de la escritura se manifiesta en primer plano. Y, en su conjunto, ésta es la principal razón por la que he podido disfrutar de la lectura de Los detectives salvajes, porque en sus páginas he hallado una belleza y una armonía contradicha puntualmente por el tono de determinadas partes pero que termina por salir a flote contra toda marea.



Como señaló Bolaño en alguna entrevista, cuando uno se entrega a la poesía de los grandes nombres, cuando se deja acercar a la misma hasta quemarse, la consumación es tal que uno ya no puede volver. Tal vez esto le ocurrió a Bolaño que nunca pudo dejar de publicar poesía en forma de largas novelas.

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BCCH
 21 October 2020
La poesía moderna aparece como inicio, o más bien como lo que antecede al inicio de la posmodernidad literaria. Deformando el texto, sacándolo de una lectura lineal, multiplicando los puntos de fuga, matando a la figura del autor, lo escrito se separa de los antiguos lazos filiales de creación individual; de la expresión de un individuo. La imagen de una cultura aristocrática, de una intelectualidad académica desaparece en un relato que se preocupa más por una cultura popular que por una alta cultura. O que, de diversas maneras, rompe con los ideales, considerándolos tan sólo utopía, mitología. En Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño, se presenta precisamente esto: la muerte de una imagen mitológica, de la imagen de la gran madre de la poesía mexicana. El único poema existente en el mundo de Cesárea Tinajero, útero complejo de los real visceralistas, buscada por ellos, es un poema visual, sin palabras. Su imagen, se desvanece en el imaginario quimérico de una ninfa que carece de toda belleza poética.
La novela de Bolaño bien se puede leer como la instauración de un nuevo lenguaje, como discurso propio que no alude a un fondo previamente existente. Discurso propio pero no por ello con intenciones de conformar algo único. El relato, más bien se conforma como la afirmación de una nueva visualidad: lo que ocurre es la reinstalación de un lenguaje ajeno por medio de una proyección experimental. Alejada de los centros de significación de la modernidad, la novela se desarrolla como un juego con la multiplicidad de relatos que actúan a modo de confesión. La unidad del relato que el lector logra armar, el desarrollo de Ulises Lima y Arturo Belano, quienes nunca hablan directamente en primera persona, se conforma precisamente a través de la diversidad de voces ajenas.
El final, es un final abierto, o mejor dicho, la novela entera se constituye como una forma abierta, desde donde siempre se puede comenzar y por donde siempre se puede salir. Es el abandono de una cierta unicidad. Significante sin significado. “¿Qué hay detrás de la ventana?” (Bolaño; 609). La última ventana es una punteada, sus líneas no son contínuas, sino que siguen un camino entrecortado. ¿El desvanecimiento de los límites? ¿Una nueva configuración del espacio artístico? Quizás la afirmación de un lugar artístico que se hace invisible, como la obra de Cesárea Tinajero, que se le imposibilita al lector. Y la imagen de Cesárea misma, su traza, es la de una línea entrecortada, “como un fantasma, como la mujer invisible en que estaba a punto de convertirse” (Bolaño; 460).
La modernidad expresaba las creaciones de un saber más bien aristocrático. Su discurso se posicionaba como la hegemonía de una intelectualidad latente, que a través de una individualidad burguesa, hacía llamado a una trascendencia. Por su parte, la posmodernidad vuelve a los relatos más marginales. Arturo Belano y Ulises Lima, los detectives salvajes, son precisamente eso, personajes que encarnan las creaciones poéticas de una marginalidad. El recorrido de estos poetas errantes es el recorrido del azar. Porque las verdaderas navegaciones son azarosas. El azar afirma un cierto juego ideal, que sólo le da importancia al juego, y no al fin. La importancia del relato está precisamente en la búsqueda, porque el encuentro se desvanece en la remembranza de los antiguos anhelos. ¿Tiene Los detectives salvajes reglas preexistentes? Quizás sí, la del tiempo en el confesionario. Los veinte años de errancia.
Ciertos rasgos de modernidad se infiltran en el relato como historias narradas. Como la historia que Felipe Müller replica de la historia que le contó Arturo Belano, un cuento “un poquito sublime y un poquito siniestro. Como todo en el amor loco” (Bolaño; 426). Pero tal relato funciona casi de la misma manera en que actúa un copista, narrando un hecho ya relatado; tan sólo como copia, quizás como plagio. Ese es otro aspecto en que el espacio de la novela deviene un espacio otro. Como constatación de una falta de unicidad que se desarrolla de manera rizomática. Es decir, como la afirmación de que todo se puede unir con todo en un aplanamiento de antiguas jerarquías.
En un desvanecimiento de los límites, al salir de ese cuadrado cerrado, que se abre como un casillero desde donde todo surge y a donde se puede regresar, quien adquiere mayor importancia para una creación artística, no es más el propio creador, sino que el destinatario. Es lo que plantea Ronald Barthes respecto a “la muerte del autor”: el espacio de la escritura es uno que se debe recorrer y no atravesar; éste funciona en un devenir constante; el texto es un lugar de escrituras múltiples (en la novela, escritura que son relatos hablados) y el lugar que logra recoger esta multiplicidad es precisamente su lector. Lo mismo parece ocurrir con la crítica literaria, Iñaki Echavarne, con quien Belano se bate a duelo, lo menciona: “Durante un tiempo la Crítica acompañaba a la Obra, luego la Crítica se desvanece y son los Lectores quienes la acompañan” (Bolaño; 484). Constitución de una nueva área de creación. Por una parte, el acto de desvanecimiento de una escala valórica: la crítica, que es el juicio valórico de una obra, la que solía determinar su excelencia, se diluye. El turno es ahora del lector. Y ésta, la antigua marca de un triunfo, funciona ahora para él como una simple reseña o como metáfora de la lectura misma. Ahora bien, en cuanto al hecho del duelo que Belano tuvo con Iñaki, precisamente en relación a asuntos de crítica literaria, es este un nuevo atisbo de rasgos modernos que punzan el relato como pastiche. Si bien el duelo es un acto romántico de por sí, éste se desarrolla de manera simbólica, como un juego de remembranzas.

En la novela, todo pareciera ser medio en serio, medio en broma. Como si el juego fuera uno de los personajes. En el capítulo 23, todos los relatos terminan con una misma frase, que va evolucionando, o involucionando, o simplemente cambiando:

“Todo los que empieza como comedia acaba como tragedia (...) como tragicomedia (...) como comedia (...) como ejercicio criptográfico (...) como película de terror (...) como marcha triunfal ¿no? (...) como misterio (...) como un responso al vacío (...) como monólogo cómico, pero ya no nos reímos”. (Los detectives salvajes, capítulo 23).

“Como monólogo cómico, pero ya no nos reímos” (Bolaño; 500), ese es quizás un enunciado de lo que es, de cierto modo, la posmodernidad. En relación a una antigua ironía, que llamaba a recursos concretos para funcionar como objeto de sátira, lo que ocurre ahora es la constatación del fracaso de un estado de utopía, por eso ya no da risa, porque no es más que un chiste que se repite. Y en su repetición es que traspasa lo límites. No los cruza, los traspasa con posibilidad de retorno, dibujando así una nueva cartografía, la de un nuevo espacio que es más blanco que negro, más liso que estriado, donde todo se desliza en busca de nuevas direcciones.
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Guille63
 31 January 2024
Parece que lo que siento ahora con la primera parte de 2666 es algo muy parecido a lo que sentí en su día con “Los detectives salvajes”, la cual terminé igualmente sin saber muy bien qué pensar. La novela me fue interesando y gustando por fragmentos, casualmente coincidiendo casi siempre con las voces femeninas. al final me pareció un conjunto de cuentos caóticamente enlazados que disfruté, incluso mucho, solo en contadas ocasiones. Con Amuleto, que bien pudiera haber formado parte de esta novela, no por nada Belano y Lacouture proceden de ella, estos detectives salvajes habrían llegado sin dificultad a unas cuatro estrellas muy bien servidas.
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marquez2393
 23 July 2019
Compuesta de tres partes , que bien podría decirse que son dos. La primera "Mexicanos perdidos en México (1975)" es el diario de Juan García Madero ,un chico huérfano de 17 años, estudiante de Derecho por obligación ,y aspirante a poeta por vocación.En un pésimo taller literario conoce a Ulises Lima y Arturo Belano ,dos jóvenes poetas que lo admitirán dentro del movimiento realviscerealista y lo incluirán en su círculo social que le permitirá experimentar el amor, la sexualidad, amistad y la literatura de vanguardia.

La segunda parte está intitulada "Los detectives salvajes (1976-1996" se centra en Ulises Lima y Aturo Belano , su estructura difiere de la primera,ya que cada capítulo es una pequeña narración de un personaje sobre ellos, algunos son mencionados en la primera parte ,pero la gran mayoría son nuevos, gracias a ellos nos enteramos de sus aventuras dentro y fuera de México.

Por último ,la tercera parte que es una continuación del diario de García Madero "Los desiertos de Sonora (1976)" , narra los días posteriores a la primera parte, en él Belano,Lima y García Madero viajan al norte de México en busca de la legendaria Cesarea Tinajero , una escritora de vanguardia de la cual el tiempo se la tragó,literalmente.

La novela me emocionó mucho, la devoré en pocos días.Quizá me veía reflejado en el personaje de García Madero, que fue con quien sentí más simpatía, al leer el diario esperaba que aparecieran los tan mentados "detectives salvajes" y cuando aparecieron no eran ni lo que esperaba de ellos. Al terminar la primera parte quedé con un sinsabor, pues acababa abruptamente el relato de Juan y comenzaba la segunda parte que ayuda a ahondar los relatos de García Madero,llena lagunas ,y después deja de aportar datos nuevos sobre la anterior parte y narrar nuevos.Ya al llegar a la parte final me sentí satisfecho , pude conocer el fin del relato de Juan. Si yo la hubiese escrito hubiera suprimido la segunda parte , creo que la novela sólo debió ser el encuentro de los viscerealistas y la búsqueda de Tinajera.


Destaca la maestría de Bolaño para con los mexicanismos ,no hay otro extranjero que los haya podido plasmar de una forma tan fluida y natural, quizá ningún mexicana ha podido escribir sobre mexicanos y hecho hablar personajes mexicanos como él. Belano igual hace uso de una buena cantidad de chilenismos y su historia ,relacionada de algún modo con el golpe de Estado de 1973 es muy rica. El autor parece reflejarse y dividirse entre García Madero y Belano ,él primero es aspirante a poeta, el segundo también lo es y chileno. No hay que olvidar que es una novela autobiográfica y parte de muchos de los poetas que menciona (con lo nombres cambiados) son los infrarrealistas. Mención aparte los estridentistas y el gran homenaje que constituye esta novela y no sólo eso, a la literatura y contracultura mexicana del siglo XX y en especial de la década de 1970.
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Pollo
 28 October 2019
Moderna, muy ágil, de constantes cambios de ritmo y que sorprende por la innovación tanto en el enfoque como en la estructura de la obra. Así, durante la primera parte, el libro tiene forma de diario íntimo y el enfoque es el de un chico de 17 años (García Madero) que da sus primeros pasos en la vida y en la poesía. Pareciera que estamos ante otro Bildungsroman a lo Demian o Retrato del artista adolescentePero esto cambia radicalmente en la segunda parte, García Madero desaparece y nos encontramos con innumerables narradores, la estructura del libro cambia de diario íntimo a sucesión de testimonios, donde cada uno de los personajes que cuenta la historia solo relata una parte para luego "pasarle la posta" a otro que a veces tiene una relación con el anterior y a veces no, por lo que el lector tiene que ir atando cabos constantemente, retrocediendo y releyendo ya que son como 50 personajes.El enfoque troca de historia evocativa y reflexiva (diario íntimo) a historia casi policial, que es la que explica el título del volumen: en efecto el lector, de ser un partícipe pasivo, casi voyeur de las experiencias de un joven se vuelve un partícipe activo, un auténtico detective que sigue la pista de dos poetas por 3 continentes y tratando de desentrañar lo que tienen en común los extraños personajes que van relatando los hechos. Los poetas perseguidos son, a su vez, detectives y van tras las búsqueda de otra poeta, generándose lo que Vargas Llosa llama "caja china". Por otro lado, la acción (que originalmente estaba concentrada en la ciudad de México) se derrama por sinfin de lugares, desarrollándose en más de 10 países. El tiempo también se dilata, de ser unos meses en el diario íntimo a ser 20 años en la segunda parte. El lenguaje también cambia: de ser un lenguaje cuidadoso troca hasta asumir múltiples formas, pero todas basadas en la oralidad. Leemos, casi escuchamos, hablar a un abogado español o a una profesora uruguaya de una forma que se hace muy creible, no solo por el dejo que usan, sino también por la forma de ordenar sus ideas y de ir soltándonos los indicios que nos ayuden en la labor "detectivesca". Esto se compenetra bien con cada personaje. Muy graciosa la parte en que la historia la narra un peruano, habla exactamente como lo hacemos nosotros, solo que no nos damos cuenta.Una novela que hace gala de metaliteratura, con múltiples referencias a autores, corrientes y obras, mezcla de autobiografía, crítica, juego, ¿dibujos? y que ha creado toda una escuela a nivel latinoamericano. El final es desconcertante. No es una obra "fuerte" que te golpea en la cara, pero te convence con su maravillosa capacidad de crear una ficción tan compleja que solo deja espacio para caer rendido, fascinado, ante tan hermosa creación.
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Las críticas de la prensa (2)
revistan17 April 2024
La novela, publicada en 1998, toca temas como la pasión por la literatura, el exilio, los desplazamientos, el paso del tiempo, la identidad y el desespero de los jóvenes, obsesionados con fundar y arreglar el mundo.
Leer la crítica en el sitio web: revistan
elinformador12 December 2018
El autor puntualiza que si bien este panorama policíaco refleja desde el humor un hecho violento, las novelas de este tipo también permiten conocer el universo de la justicia y sus ejecutores desde una postura más realista.
Leer la crítica en el sitio web: elinformador
Citas y frases (11) Ver más Añadir cita
marta_lomarta_lo23 June 2020
Hay una literatura para cuando estás aburrido. Abunda. Hay una literatura para cuando estás calmado. Esta es la mejor literatura, creo yo. También hay una literatura para cuando estás triste. Y hay una literatura para cuando estás alegre. Hay una literatura para cuando estás ávido de conocimiento. Y hay una literatura para cuando estás desesperado.
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Beatriz_VillarinoBeatriz_Villarino02 June 2019
Los tres íbamos callados, como si nos hubiéramos quedado mudos, pero nuestros cuerpos se movían como al compás de algo, como si algo nos moviera por ese territorio ignoto y nos hiciera bailar, un paseo sincopado y silencioso, si se me permite la expresión, y entonces tuve una alucinación, no la primera de este día, ciertamente, no la última; el parque por el que íbamos se abrió a una especie de lago y el lago se abrió a una especie de cascada y la cascada formó un río que fluía por una especie de cementerio, y todo, lago, cascada, río, cementerio, era de color verde oscuro y silencioso.
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marquez2393marquez239323 July 2019
Tengo diecisiete años, me llamo Juan García Madero, estoy en el primer semestre de la carrera de Derecho. Yo no quería estudiar Derecho sino Letras, pero mi tío insistió y al final acabé transigiendo. Soy huérfano. Seré abogado. Eso le dije a mi tío y a mi tía y luego me encerré en mi habitación y lloré toda la noche. O al menos una buena parte.
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marquez2393marquez239323 July 2019
Las novelas, generalmente, eran heterosexuales, la poesía, en cambio, era absolutamente homosexual, los cuentos, deduzco, eran bisexuales, aunque esto no lo dijo
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marquez2393marquez239323 July 2019
El pueblo de Villaviciosa es un pueblo de fantasmas. El pueblo de asesinos perdidos del norte de México, el reflejo más fiel de Aztlán, dijo Lima. No lo sé. Más bien es un pueblo de gente cansada o aburrida.
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