Es una novela que descubrí por casualidad y, al conocer su existencia, no pude evitar hacerme con ella y leer a la autora en esta faceta tan poco conocida. Con este libro, Emilia Pardo Bazán se adelantó unos cuantos años a Agatha Christie en cuanto a que una mujer escribiese sobre novela policíaca. La motivación de la autora era crear un personaje semejante al de Sherlock Holmes, tan conocido en esos momento y en la actualidad, y dotar al personaje principal de las novelas de algo más de sentimientos, pese a ser una persona con un alto intelecto, capaz de resolver cualquier crimen. La novela comprende un relato corto y la novela en sí. Desde mi punto de vista el relato corto es más profundo, ya que la premisa de ambos es la de siempre: se comete un crimen, el detective amateur quiere resolverlo y se van presentando los hechos y los personajes. Emilia Pardo Bazán consigue condensar en las páginas del relato mucho mejor la personalidad de Selva y los personajes secundarios y dotar de mayor coherencia el texto. Probablemente por eso mismo no llegó a publicar esta novela haciendo que sea un texto rescatado de sus escritos y publicado de forma póstuma (recordemos que el relato sí que lo publicó, pero la novela no). En resumen, es una faceta de la autora que recomiendo mucho. + Leer más |
Presentación del libro Lo que quede (Continta MeTienes, 2024). Con Irantzu Varela, autora, e Irene Montero
Queda lo escrito, todo lo demás no queda, escribió Emilia Pardo Bazán, e Irantzu Varela, comunicadora vasca, feminista, bollera y activista gorda, retoma estas palabras y las trasforma en una invitación a adentrarnos en estas memorias autopornográficas en las que nos cuenta cómo ha llegado a ser quien es hoy.
La escritora y monologuista compone esta biografía a través de relatos cerrados que, potentes como disparos, en ocasiones nos queman la piel, nos llenan de rabia y nos dan ganas de quemar cosas. Sin embargo, en sus palabras siempre hay una puerta abierta, el apoyo de las suyas, la ternura con la que habla de sus raíces y por supuesto la intención deliberada de convertir los dolores y violencias propias en movimientos y acciones colectivas.
Varela no se presenta sola, sino que a lo largo del libro convoca un akelarre de mujeres artistas, a través de cuyas citas y referencias podemos aproximarnos al universo más personal y político de la autora. A falta de reparación, o a la espera de ella, ojalá Lo que quede sirva como alivio de lo vivido.