Acompañamos Eladio Linacero durante la noche de su cumpleaños número cuarenta. Así, descubrimos que esté periodista a punto de divorciarse, putaniero, mal llevado, prejuicios, medio tacaño y algo perverso, en el fondo, no deja de ser un soñador. Tal vez sea una herejía de mí parte, pero Onetti no me va. Es la segunda cosa que leo de él y no me conmueve, no me impresiona, no me interpela. |