Unas galletas de muerte

Soy de esas personas que leen una sinopsis y algunas opiniones para saber si una novela puede gustarme, pero no suelo releerlas cuando voy a leer el libro. Sin embargo, creo que nos encontramos ante una sinopsis que no puede estar más equivocada, pues ni la protagonista tiene una panadería ni la víctima es repartidor de periódicos. ¿Se puede saber quién ha hecho un trabajo tan malo? Tampoco es ella quien decide investigar por el bien de su negocio, sino que es su cuñado Bill, sheriff del condado, quien le pide ayuda en la investigación.

Y ya, sin más, vamos adelante con la reseña.


¿Qué vamos a encontrar en esta novela? Hannah Swenson, una joven de veintinueve años regenta una cafetería con especialidad en galletas en un pequeño pueblo de Minnesota. Sus galletas (cuyas recetas encontramos entre las páginas del libro) y su café especial, han convertido su local en lugar de encuentro entre vecinos. Pero la paz del pueblo se ve alterada al aparecer muerto detrás de The Cookie Jar (la cafetería de Hannah) Ron LaSalle, una joven promesa local del fútbol que vio su carrera truncada por una lesión, y que era querido por todos en el pueblo.

Bill, cuñado de Hannah, no tardará en interrogarla y pedirle ayuda para desentrañar el misterio, ya que es ella quien encontró el cadáver de Ron. El hecho de poder hablar de manera cercana con sus clientes, podría ser algo decisivo para la investigación.

Esta historia, narrada en tercera persona, sigue las peripecias de Hannah y su investigación, con la ayuda de su hermana Andrea (mujer de Bill) y su empleada Lisa.

Con tintes de humor y muchas galletas, la autora nos presenta esta inverosímil historia que resulta sencilla y entretenida de leer.



Mensaje de la novela: Esta novela no oculta ningún mensaje ni pretende transmitir nada al lector.

Es una novela que resulta entretenida y amena, con unos personajes carismáticos y una trama sencilla.


Personajes: El personaje que mejor conocemos, como ocurre siempre, es a la protagonista, Hannah, cuya vida ha dado un gran cambio en los últimos años. Ella se estaba doctorando en Filología Inglesa y buscaba dedicarse a la docencia antes de volver al pueblo y abrir su cafetería, para estar cerca de su madre y sus hermanas tras la muerte de su padre. Ahora, además de pastelera, es un intento de detective encubierto.

Bill es un ayudante del sheriff que quiere lograr un ascenso, descubriendo al asesino de Ron LaSalle. Es un hombre bueno y generoso, pero no tiene ningún sentido que quiera la ayuda de su cuñada y se moleste si su mujer se implica. Pone en riesgo a dos civiles y deja la profesionalidad al lado al informar a Hannah de todos sus avances.

Al final, la autora logra captar las típicas personalidades que hay en todo pequeño pueblo, pero solo los personajes principales están bien construidos.


Lo que más me ha gustado: La relación de Hannah con Moshe, el gato pelirrojo que rescató de la calle.

La seguridad que Hannah muestra en sí misma y cómo se enfrenta a su madre, que no para de buscarle un novio en el pueblo. Ella sabe que no necesita un hombre para sentirse completa, pues se siente orgullosa de ser autosuficiente y de mantenerse a sí misma, piense su madre lo que piense.

Lo sencillo que resulta leer esta novela, con sus toques de humor.


Lo que menos me ha gustado: Lo absurdo que resulta que un sheriff pida ayuda a un civil en una investigación. No tiene ningún sentido que sea Hannah quien investigue cosas que a policía está mucho más preparada para investigar, especialmente cuando Hannah no ha recibido ningún tipo de formación.

La forma en que se nos presenta a un sospechoso para descartarlo pocas líneas después. Es una búsqueda del tesoro (en este caso la caza del asesino) de lo más absurda y sinsentido.

La gran cantidad de clichés que hay.

Lo previsible que resulta.


Conclusión: Esta novela es la primera de la serie de Hannah Swenson y, aunque sí que ha habido momentos en los que he disfrutado de la lectura, lo cierto es que no tengo mucho interés en seguir con las demás.

Creo que los puntos negativos de esta obra son, en muchos casos, fallos graves en una novela de misterio, por lo que iré leyendo otras novelas diferentes.

En “Unas galletas de muerte” Hannah, una joven propietaria de una panadería, se encuentra al repartidor de leche asesinado en la parte trasera de la tienda. El encargado de la investigación es su cuñado Bill el cual se aprovechará de la posición privilegiada de Hannah para que le ayude a investigar entre los vecinos.
Lo que parecerá unas pequeñas conversaciones sin importancia, acabará metiendo a nuestra protagonista en serios problemas.
Esta novela se trata de un género que está ahora mismo en auge que se llama “Cozy Mistery” o “Cozy Crime”. Este género se caracteriza por ser novelas policíacas pero de una manera endulzada, es decir, omitiendo las escenas más lúgubres y explícitas.
Es el primer libro de este género y tenía mis dudas de si iba a ser para mi ya que una de las partes que más me gustan de las novelas de suspense son esas escenas mas truculentas por lo que me ha resultado toda una sorpresa que me haya gustado tanto.
En primer lugar, la autora ha sabido mantener la línea y el interés del lector en todo momento. Los personajes están bien construidos. La descripción y la idea que te haces del pueblo junta a esas recetas que la autora nos va intercalando a lo largo de la novela son muy entrañables.
Me he pegado gran parte del libro con una teoría que casi sentía afianza pero que el final ha tirado por la borda y me ha dejado completamente sorprendida.
Se trata del primer libro de lo que va a ser una saga de novelas.
Un libro perfecto para aquellos amantes de las novelas policíacas tipo Agatha Christie y para aquellos que deseen empezar con las novelas de suspense de una manera más light.

‘Unas galletas de muerte' nos lleva hasta Lake Eden, típica ciudad pequeña donde todo el mundo se conoce. Hannah Swensen regresó tras la muerte de su padre para apoyar a su madre. Su vida dio un giro y dejó la universidad para poner su tienda de galletas que, por cierto, va viento en popa.
 
Su vida es bastante tranquila, siendo su mayor preocupación lograr que su madre deje de intentar emparejarla con todo el hombre casadero a su alrededor hasta que aparece asesinado en la puerta de su establecimiento uno de los vecinos. Hannah se mete en la investigación hasta la cocina… ¡no vayan a pensar que ella tuvo algo que ver!
 
Un cozy crime estupendo con una investigadora de andar por casa, pero que desde luego es mucho más apañada y tiene muchas más ganas de resolver que la policía local (que por cierto el encargado del caso es su cuñado, por lo que todo queda en casa)… Aunque no sé, si eres detective y tu pastelera de confianza resuelve crímenes mejor que tú, igual tienes que darle a una vuelta a cómo estás haciendo las cosas.
 
Una lectura fresca, sencilla y que a mí se me ha hecho muy amena. Ha sido justo lo que esperaba y me dio lo que buscaba, aportar luz, como complemento de otro libro que me estaba robando felicidad en cada página. Es cierto que hay algunos comentarios que no han envejecido especialmente bien en los más de 20 años que tiene la novela, pero bueno, salvando eso, no tengo queja. ¡Además, tendrás entre capítulos las recetas de las galletas que van saliendo en la trama!
 
*AVISO: no es una novela negra o policiaca al uso, no se parece a un thriller ni en una letra. Es un cozy crime: entretenido, con un misterio sin demasiada sangre y unos protagonistas a los que quieres seguir la pista.
 
Esta es la primera novela de la serie de Hannah Swensen que he visto que tiene ¡29 libros! No sé si quedará con vida alguien en Lake Eden… pero lo que tengo claro es que a mi me encantaría ir leyéndolos poco a poco si los traducen.

Novela misterio +18
Lo que más destaco de este libro es la ambientación, se desarrolla en un pueblo, donde nunca pasa nada y todos saben la vida de todos, así te lo describen y le guste o no a la protagonista ahora vive allí (por circunstancias de la vida). Es por eso que tiene sentido el ritmo lento de la trama, es por eso que tiene “sentido” que ella se entere de los cotilleos y que la gente le cuente sin querer detalles que ella guarda para su puzzle y que ella sea la colaboradora NO OFICIAL de su cuñado para resolver el caso.

Ha sido un paseo tranquilo y divertido por la vida de estos personajes, parece que vas con ella en el coche por el pueblo enterándote de todo y viendo el desarrollo y solución del misterio.

Me gustaría continuar con la serie.

Ha hecho falta una larga convalecencia postquirúrgica para que por fin me adentre en el ya famoso género Cozy Mystery, Alma editorial ha publicado una colección con distintos títulos,las portadas no pueden ser más bonitas ,guardas en tono morado,cada capítulo comienza con un rollo de amasar .

El contenido está también cuidado al detalle ,la autora ,Joanne Fluke,además de escritora ,ha ejercido entre otras muchas profesiones la de asistente de detective privado ,cocinera de comida rápida y organizadora de fiestas y catering…descubrir esto indagando sobre su vida tras la lectura ,me ha dejado con la boca abierta,ha sabido extrapolar aspectos de su vida al cuqui misterio,porque si,lo españolizo a mi manera,este libro es cuqui.

Me diréis hombre pues Aida …si tenemos que resolver asesinatos no se si eso puede ser cuqui.
Si que lo es,los asesinatos ,la violencia…porque trata también la violencia de género ,suceden fuera de escena.

Hannah ,vive en el tranquilo Lake Edén, tiene un negocio donde lo mismo te tomas un café ,que encargas galletas para un catering de una fiesta temática de Regencia.
Soltera feliz, vive con con un gato que le espera en su casa.

Tiene una dosis de romance,justa,calculada tal cual la medida de las recetas de galletas que nos va dejando para que preparemos en casa ,nos las facilita mientras se le acumulan los cadáveres.

Uno de los personajes que destacan es la divertida e insistente madre casamentera.

Voy al grano,aparece muerto en su furgoneta un repartidor,al lado de su local ,a partir de ahí ,Hannah se involucra para ayudar a resolver el caso a su cuñado,ya que de su resolución depende su ascenso a inspector.

Recomiendo la lectura principalmente a un público juvenil.Pero he de decir que ha sido una grata sorpresa,no me he esperado los giros ni me he visto venir al asesino.
El romance es secundario y también mantiene su intriga.

Eso si,si eres diabético no cojas el libro,porque tanta galleta en cualquier escenario te puede subir el azúcar.

Como único pero,en una edición tan cuidada en todos los sentidos ,tenemos hasta un cupcake adherido a la portada con este asesinato recién horneado ,creo que el traductor merecía su nombre en portada.