Traté de leer su novela Mercado de espejismos (Premio Nadal 2007), una novela muy paródica y abandoné el intento por encontrarla enrevesada, engorrosa y hasta farragosa por momentos, a pesar de tener excelente vocabulario y « metacultura » hasta por los codos, con ese deje que le reconozco ahora al autor de reflexión metafísica y burla permanente.
|