La maldición de los sueños de Rebecca Ross
(...) pero los dos últimos días me han demostrado que el propósito puede aparecer en lugares inesperados.
|
Calificación promedio: 5 (sobre 225 calificaciones)
/
La maldición de los sueños de Rebecca Ross
(...) pero los dos últimos días me han demostrado que el propósito puede aparecer en lugares inesperados.
|
La maldición de los sueños de Rebecca Ross
Sueño con encontrar un nuevo hogar. Con volver a unir algo roto, y no solo con magia, sino con historias, amistad y buena comida.
|
La maldición de los sueños de Rebecca Ross
Nos quedamos callados, contentos de estar simplemente sentados uno al lado del otro. Y entonces Phelan susurró: —¿Puedo abrazarte? Se me agitó el corazón, batiendo una canción embriagadora dentro de mi sangre. |
Rivales divinos de Rebecca Ross
Incluso cuando el mundo parece detenerse, con la amenaza de derrumbarse, y el tiempo parece oscurecerse mientras suena la sirena, no es delito sentir alegría.
|
La maldición de los sueños de Rebecca Ross
Y yo estaba aprendiendo con rapidez que nuestros sueños intentaban desenmascararnos a nosotros mismos y nuestros planes. Nuestros secretos, nuestro pasado. Nuestras esperanzas. Nuestros deseos. |
La maldición de los sueños de Rebecca Ross
Una vez creí que la magia, los secretos y las creencias nos habían separado. Pero, al final, creo que nos volvieron a unir con hilos más fuertes.
|
La maldición de los sueños de Rebecca Ross
Pero a veces las cosas tienen que romperse antes de que puedan volver a construirse, para así poder forjar algo más fuerte.
|
La maldición de los sueños de Rebecca Ross
(...) cuando viste mi reflejo en el espejo —expliqué—. Cuando dijiste mi nombre…, la piedra que hay dentro de mí se agrietó. Y no me arrepiento de que lo haya hecho, porque había olvidado lo vital que es que te conozcan por quien eres y no por lo que finges ser. Había olvidado lo maravilloso que era que te vieran, incluso con tus defectos y cicatrices.
|
La maldición de los sueños de Rebecca Ross
Pero tal vez el amor no fuera algo fácil de olvidar, incluso cuando se había reducido a cenizas.
|
La maldición de los sueños de Rebecca Ross
Mi corazón cantó con un deseo vibrante, un dolor se ramificó a través de mí, como un aviso agudo que me robó el aliento.
|
¿Cómo se llama el presentador de Los Juegos del Hambre?