Lisandro Nicolas de la Cruz Urquiza

-Mirá viejo, si vos sos feliz, yo también lo soy -comenzó diciendo el muchachito de melena amarilla-. Y si tu felicidad es al lado de un hombre o una mujer, para mí es lo mismo. Vos sos un gran hombre y un gran padre ante todo, y yo siempre te voy a amar porque sos mi papá, el que siempre me cuida y me da buenos consejos, el que no me juzga y se preocupa de que nada me falte.

A veces no sentimos atracción física hacia alguien, si no sentimientos. Te enamoras de su alma y dicen que eso es muy jodido de reparar.

El matrimonio es un amor que florece entre dos personas y la promesa de que lo que existe entre ellas, solo puede convertirse en algo aún mejor día a día. Es un vinculo entre dos personas que se quieren tanto que sus corazones estallan de alegría, amor y compasión hacia el otro y nadie puede decirles que no pueden ser el uno para el otro o que no deberían amarse.

- vos sos mi amor, y a veces me asalta el miedo a no ser suficientemente bueno para vos..
- atelofobia...- exclamó Sebastián como si fuera un erudito.
-¿qué?- preguntó Olegario.
- el miedo a no ser suficientemente bueno para alguien se llama "atelofobia". Me extraña que no lo supieras- exclamó Sebastián con una carcajada.

-Esto es como romper una almohada de plumas en la plaza…
-¿Qué significa eso, Patti?
-Que una vez que la abriste y las plumas empezaron a volar, por más que después intentes arreglarla y querer juntar todas las que se volaron, ya no será igual.

—Ojala muchas personas pensarán como vos.
—Mira Oleg, por cada pelotudo que uno se le cruza en la calle, hay diez personas copadas, así que no hay que preocuparse, sólo no hay que bajar los brazos.

—¡Está bien, está bien señor tolerancia! -exclamo Sebastián, mientras su hijo tapaba su boca.
—Disculpalo a mi pequeño hijo adolescente, siempre me hace pasar vergüenza -Dijo Aurek sonrojado.

Lo que callamos y nos pesa, tarde o temprano se nos sale por los ojos.

Lo miró.
Sebastián hizo lo mismo.
Y sus ojos colisionaron como dos estrellas supernova, chocando y rompiéndose. Ambos entendieron todo.
Ambos sabian que eso era todo.
Ellos lo eran todo.

Es nuestra responsabilidad educar y concientizar a las personas que las diferencias deben unirnos, debemos saber tolerar y aceptar la diversidad.