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Calificación promedio: 5 (sobre 16 calificaciones)
/Violencia, repulsión, hambre, animales son hilos que se entretejen en Avidez, la colección de cuentos de Lina Meruane, ganadora del Premio José Donoso 2023, y Las indignas, la más reciente novela de Agustina Bazterrica. Tras todo ello, en un lugar más profundo aún, se entrevé en ambos casos la que ha sido siempre la posición de la mujer en el patriarcado. Hablarán de ello en esta conversación, guiada por Andrea Salgado. Espacio accesible. Lengua de señas. de posible interés para personas con discapacidad, acompañantes y profesionales del área. En alianza con la Fundación Saldarriaga Concha y el Instituto Nacional para Sordos, INSOR. En alianza con la Embajada de Chile en Colombia Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de Chile.
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Palestina en pedazos de Lina Meruane
LIba a ser tarde después, pensé, cuando ya no quedara nada, cuando ya no hubiera nadie para contar cómo había sido resistir ahí dentro.
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Palestina en pedazos de Lina Meruane
Las letras del s i l e n c i o dispersas sobre la hoja de papel, el repaso de la ese con el lápiz mientras vuelvo a la tarde de garúa sobre la ciudad dividida y pienso que silencio es una palabra impermeable.
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Sangre en el ojo de Lina Meruane
Estás ciega y eres una ciega peligrosa. Sí, respondí, con lentitud. Sí, pero solo aprendiz de ciega con escasas ambiciones en el oficio, y sí, casi ciega y peligrosa. Pero no voy a sentarme en una silla a esperar que se me pase.
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Volverse Palestina de Lina Meruane
Toqué alguna otra puerta pero Gaza parecía cerrada con candado. La llave se la había tragado Israel y estaba bombardeando a los palestinos atrapados en su interior. Bombardeándolos otra vez: en una intensificación de su política de lento estrangulamiento ahora les lanzaba toneladas de muerte. Era como si se empeñara en limpiar el terreno antes de abrir la cárcel. Como si fuera necesario cerrar la entrada para que nadie viera el horror de la vida y de la muerte entre sus muros. Iba a ser tarde después, pensé, cuando ya no quedara nada, cuando ya no hubiera nadie para contar cómo había sido resistir ahí dentro.
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Palestina, por ejemplo de Lina Meruane
Es por eso que desplazo la mirada hacia la escena de escritura woolfiana, la escena de una conciencia de una mano violentada por la guerra; regreso a esa escena porque coincide guardando las diferencias las distancias con mi propia escena de escritura PALESTINA. |
Sangre en el ojo de Lina Meruane
Y fue entonces que un fuego artificial atravesó mi cabeza. Pero no era fuego lo que veía sino sangre derramándose dentro de mi ojo. La sangre más estremecedoramente bella que he visto nunca. La más inaudita. La más espantosa. Sangraba a borbotones pero solo yo podía advertirlo.
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Palestina en pedazos de Lina Meruane
Considerar a mis abuelos como refugiados sería trivializar una condición completamente adversa, unas vidas desplazadas y obligadas a no renunciar nunca. Es cierto, dice Zima, pero importa no olvidar que la palestina es la comunidad de refugiados más grande del mundo.
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Palestina en pedazos de Lina Meruane
No sería un regreso mío. Sería un regreso prestado, un volver en el lugar de otro. De mi abuelo. De mi padre. Pero mi padre no ha querido poner pie en esos territorios ocupados. Solo se ha acercado a la frontera.
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Palestina en pedazos de Lina Meruane
Me froto la cara con agua fría queriendo borrármela. Borrar de ella lo que no siento como propio. Pero no debo borrarlo todo porque cada rostro contiene todos los rostros que nos preceden.
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¿Qué objeto le lanzaron los gemelos Weasley a Voldemort a la cara?