Ledicia Costas
Los humanos sois muy complejos. Ojala yo tuviese sentimientos para poder comprenderos mejor.
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Ledicia Costas
Los humanos sois muy complejos. Ojala yo tuviese sentimientos para poder comprenderos mejor.
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La balada de los unicornios de Ledicia Costas
El amor no sucede, amigo. El amor te mastica por dentro de una forma inexplicable
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Vampira de biblioteca: ataque polilla de Ledicia Costas
Cuando tengo una necesidad incontrolable, cosa que sucede cada mucho meses, también chupo los índices. Ya sé que está fatal hace eso, pero mi ansia a veces es irrefrenable. Y total, los índices de los libros casi nadie los lee.
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Golpes de luz de Ledicia Costas
Terá que ser cando me pase este desgusto que teño dentro. Os desgustos sempre nacen nese lugar. Logo van medrando ata chegar aos ollos. Estoupan por aí.
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Golpes de luz de Ledicia Costas
Gústame ese don que ten Noa de darlles a volta aos momentos tristes e convertelos noutra cousa distinta. É coma se tivese soles pequenos gardados na manga do xersei. Cando chove ou cando aparece unha ameaza, solta un sol e faino voar como un paxaro.
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Verne y la vida secreta de las mujeres planta de Ledicia Costas
«Es una novela bien escrita, con una narración fluida, una estructura muy bien conseguida y un lenguaje literario sencillo pero elaborado, que combina con precisión elementos de la realidad y ficción y dándole un aire de misterio que contribuye a hacer muy emocionante su lectura».
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La balada de los unicornios de Ledicia Costas
Ojalá pudiese desmontar mi corazón con un destornillador y guardarlo en un cajón
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La balada de los unicornios de Ledicia Costas
Todos los días se hacía a sí misma la promesa de ser feliz, aunque solo fuera unos instantes
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La balada de los unicornios de Ledicia Costas
"¿Cómo era posible que algo tan rotundo como la oscuridad fuese capaz de irrumpir con un silencio tan estremecedor?"
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La balada de los unicornios de Ledicia Costas
Lo que nadie no podía negarle es que se había entregado al mundo con la intensidad propia de una McLeod.
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La balada de los unicornios de Ledicia Costas
—Estás idealizando el pasado —la reprendió el robot—. Una infancia tan marcada por la soledad no es una infancia maravillosa. Y tú siempre te has sentido muy sola.
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La balada de los unicornios de Ledicia Costas
—Los humanos sois defectuosos —continuó él—. Vivís a caballo entre la nostalgia del pasado y el miedo al futuro. Y, al mismo tiempo, obsesionados con eso que llamáis felicidad.
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Infamia de Ledicia Costas
El frío fue instalándose en Merlo como una nueva pareja que no pide permiso. Un día deja en tu casa un par de libros porque necesita sentir que ese lugar le pertenece un poco. Semanas después libara un cajón y mete alguna ropa. Se acomoda en un sitio concreto del sofá y escoge un lugar en la mesa de la cocina que ya nunca va a abandonar. De repente, ya no existen los límites. Ni siquiera recuerdas muy bien cómo era todo antes de su llegada.
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Infamia de Ledicia Costas
Llovía en alta definición. Quinto día de agua, sin apenas descanso, y todo apuntaba a que el cielo de Galicia iba a seguir vomitando frío. Emma siempre se había sentido como una personas de invierno, de agua y de luna, por ese orden. La lluvia no afectaba a su estado de ánimo, pero consideraba que, por imperativo legal, los grandes cambios deberían ir acompañados de un punto de luz al que aferrarse.
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?