El ascenso de Senlin: Los libros de Babel. Volumen 1 de Josiah Bancroft
Los huecos también forman parte del juego. No se pueden reemplazar. Sé cómo se rompió o se perdió cada una de esas piezas. Yo misma hice añicos un plato cuando tenía nueve años. Ahora soy una parte inmortal de esa vajilla. Me quedo con mis huecos, gracias.
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