Matar a un ruiseñor de Harper Lee
De alguna parte había recogido yo la idea de que eran personas excelentes aquellas que obraban lo mejor que sabían según el criterio que poseían, pero tía Alexandra alimentaba la creencia, que expresaba de un modo indirecto, de que cuanto más tiempo había estado asentada una determinada familia en el mismo trozo de terreno tanto más distinguida y excelente era.
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