Tan poca vida de Hanya Yanagihara
Dejó que la criatura de su interior -que se imaginaba menuda, desgreñada y semejante a un lemur, rápida de reflejos y lista para saltar, oteando siempre el paisaje con sus ojos húmedos y oscuros en busca de futuros peligros- se relajara y cayera al suelo.
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