La fortuna: Blacwater V

En 𝘓𝘢 𝘧𝘰𝘳𝘵𝘶𝘯𝘢, quinto libro de la saga Blackwater, la familia Caskey sigue evolucionando dentro de una nueva década que nos adentra hasta los años cincuenta. A los miembros de este clan (opresivo y manipulativo a veces, inseparable y leal en otros) les seguirá rodeando la muerte y la vida, los secretos y la manipulaciones, la desesperación y el poder. Aunque eso poco importa ahora, pues Perdido estará muy ocupado celebrando un sorprendente descubrimiento que cambiará la vida de todos.

Después de haber sufrido un pequeño bajón con La guerra iba con la expectativas muy controladas para esta nueva entrega. Quizá eso me haya venido bien porque 𝘓𝘢 𝘧𝘰𝘳𝘵𝘶𝘯𝘢 me ha gustado un poco más.

Sigue en la misma línea que su predecesor. Las escenas costumbrista y el melodrama familiar predominan sobre las escenas sobrenaturales, el terror o el misterio. Echo en falta la sensación de incertidumbre y de inquietud que me dejaron los primeros tomos. Recuerdo que empezamos con una historia que recordaba a Tim Burton o a Lovecraft y ahora nos situamos más en la orilla de una telenovela de la hora de la siesta. ¡Ojo! Eso no quiere decir que no lo esté disfrutando igualmente, pero... lo hago de otra forma.

Por otro lado, presiento que el estilo más realista de estos dos últimos tomos ha permitido que se desarrollen mejor los personajes femeninos. Ahora más que nunca rompen con las pautas sociales, se hacen más fuertes, decididas, e intrépidas. Además, incluso parece existir una intención por parte del autor de abordar una realidad LGTB (aunque de forma muy diluida). Puede que estos dos aspectos no nos resulten novedosos y los consideremos hasta demasiado discretos, pero hay que tener en cuenta que la obra fue publicada hace cuatro décadas. Está francamente adelantada a su época.

El final ha sido como siempre muy sorprendente y no tengo la menor idea de qué rumbo va a tomar todo esto en el último volumen.