Nada que decir

NADA QUE DECIR
Las crisis existenciales por las que pasamos las mujeres entre los 35/45 años son diversas. En el caso de Eva, protagonista de este libro, es una búsqueda continua del riesgo, e incluso del dolor como ella misma llega a verbalizar, busca hacerse daño. Su vida se convierte en un transcurrir vertiginoso tras su divorcio. Hasta entonces ella no había tenido experiencias fuera de lo establecido por la sociedad, se había limitado a hacer lo que se esperaba de ella, “una mujer civilizada”, se dejaba querer sin desear, era ella la elegida, otros decidían por ella. Se había casado y había sido madre cuando correspondía.
Pero un día, y sin que se vislumbre un desencadente claro (o único), decide divorciarse, y a partir de ahí solo busca un ingrediente en su vida: la adrenalina. Busca desear y elegir.
Mi crisis fue distinta, por eso me ha costado empatizar más con el personaje. Mi juventud estuvo cargada de riesgo y adrenalina, de rebeldía, y mis primeros años de adultez tampoco fueron normativos, así que a mi crisis de los 40 llegué más bien buscando la paz mental.
Eva se ha saltado todas mis banderas rojas (y las suyas, porque ella se las salta a sabiendas), y de ahí mi incomodidad.
Silvia Hidalgo nos cuenta todo esto a un ritmo trepidante, exactamente a la velocidad que comienza a transcurrir la vida de Eva, lo cual ayuda a meterte en la historia, a sentir como siente ella. Es Silvia, con su forma de escribirlo, la que me convierte en Eva.
✍ @lacallarga
📖 Leído en papel, 224 páginas
📚@tusquetseditores