Loba negra

Segundo libro de la saga que tiene por protagonistas a Antonia y Jon, quienes se embarcan en un nuevo caso que los lleva a Málaga, donde tendrán que lidiar con mafiosos.

Tras el pequeño chasco que me causó la lectura de “Reina roja”, no tenía grandes expectativas para este libro, y menos mal, porque la trama me ha parecido incluso más floja. Además, me ha resultado demasiado repetitivo, abusando de las expresiones del estilo “había una vez una niña…”, así como el “no es que este gordo” haciendo referencia a Jon, que en un principio pueden parecer graciosas, pero que se vuelven tediosas al final al leerlas una y otra vez. No era necesario repetirlos en cada capítulo del libro.

Se dan demasiadas vueltas a situaciones que, en mi opinión, sobraban, lo que hace que la historia avance muy lentamente. También se echa de menos un mayor desarrollo de los personajes principales y secundarios.

Lo mejor del libro es el final frenético, donde el autor muestra su habitual estilo peliculero. También destacan las últimas páginas llenas de intriga, debo reconocer que la pluma del escritor es muy ágil y sabe perfectamente cómo incitar al lector a querer descubrir el desenlace de la historia. Uno siente el deseo de seguir leyendo sin parar, hasta llegar al final y saber que será de Jon y Antonia.

En general, aunque a veces se vuelve pesada debido al relleno innecesario, no deja de ser una lectura entretenida sin más, lejos de estar a la altura de la fama que tiene. Espero con “Rey Blanco” encontrarme con una mejor obra para cerrar la trilogía, y no quedarme con este sabor agridulce.