La última muerte en Goodrow Hill

¿Sabéis esos libros que crean opiniones tan dispares que hacen que te apetezca leerlos para ver de que lado estás?

Pues este es uno de ellos. Desde su publicación he visto muchas 5* pero también he visto opiniones bastante reguleras e incluso muy malas. Suficiente para que quisiera adentrarme en las páginas de Goodrow Hill.

Repitiendo la fórmula que ya utilizó en su primera novela, Santiago recrea un pueblo de Estados Unidos y nos lleva de la mano de un grupo de amigos que se reencuentran para asistir al funeral de uno de ellos.

Alternando pasado y presente, nos vamos moviendo por las vida de este grupo y descubriendo poco a poco los secretos que guardan.

Hasta aquí bien. Hay secretos, venganza, flirteos, misterio… todo lo que puedes desear como lector de thriller. de hecho la trama y el desenlace, a mi me parecen de sobresaliente. No original del todo pero de esas que te dejan con un muy buen sabor de boca.

La laguna que le veo a este libro es que la narración no es consistente, dentro del mismo espacio temporal hay narración en primera persona y en tercera, cosa que resulta bastante confusa. Además debido al estilo de narración ,el desenlace se presenta como lo que llamo “tramposo” vamos que es imposible llegar a la conclusión final porque hay incoherencias en la narración. Por otra parte, me resultó inverosímil que una de las protagonistas, policía del pueblo, siguiera con la investigación siendo ella una de las posibles sospechosas.

Si obviamos esto, la trama es bastante disfrutona, con varios giros chulos y en general muy peliculera pero queda enturbiada por lo que os he comentado...

¡Qué malas son las altas expectativas! Normalmente no suele tener ni altas ni bajas expectativas, empiezo cada libro sin saber ni el más mínimo detalle, me dejo llevar y no hago caso a la opinión de otros lectores. Pero en este caso ha sido todo lo contrario, me consta que este libro tiene muy buenas críticas y la mía, desgraciadamente, no será positiva.

Empiezo por los personajes...ay, los personajes, a cual más insulso (por no decir algo peor y malsonante). No he conseguido empatizar con ninguno, más bien me han resultado indiferentes. Bueno, en realidad, sí me empezó a gustar un personaje, pero pierde fuelle con el transcurso de la historia y llega un momento en el que casi ni me acuerdo de él. Les falta un poquito (bastante) de sangre, más nervio, más personalidad...vamos, que les falta de todo.

Y lo que es la trama, pues no me ha enganchado tal y como lo suelen hacer este tipo de libros, no he tenido esas ansias de seguir leyendo para ir descubriendo qué sucedería tras terminar cada capítulo. A lo largo de todo el libro he encontrado incongruencias, contradicciones, errores en el espacio/tiempo; esto último es porque cierto personaje o es Flash o puede desdoblarse, si no es ninguna de estas dos opciones, es físicamente IMPOSIBLE lo que sucede en alguna que otra escena. Y el final...pues bueno, ya no esperaba un gran giro, que sí que lo hay, pero un puñado de páginas ya no me solucionan el libro completo ¿Es fácil y rápido de leer? Sí y menos mal, porque de lo contrario dudo mucho de que lo hubiese terminado.

Conclusión: este libro no ha sido para mí, pero no significa que sea malo porque si tiene tantas buenas críticas por algo será, aunque yo no haya descubierto ese "algo".

"La realidad es lo que nos convierte en diferentes, puede hacernos únicos, pero también ponernos una diana enorme de crueldad en la espalda".

Desapariciones en situaciones sospechas, tensión que se cuece a fuego lento, investigación cuidada y unos personajes que esconden muchos secretos del pasado y el presente. Bienvenidos a Goodrow Hill.

¿Sabéis cuando sé que me gusta mucho una novela? Cuando algún personaje cala en mí de algún modo, me provoca sensaciones buenas o malas y me tiene en vilo. ¡Ay Helen! Esta novela no es solo la búsqueda de la verdad sobre un crimen, es la mezcla perfecta entre personajes y tramas.

La novela alterna capítulos del pasado y del presente, ambos muy interesantes y que se van complementando. No es de ritmo frenético ni la típica de giros por doquier, sino que lleva una investigación más pausada y llena de matices. Tiene tensión, frases para recordar y un suspense que se mantiene fuerte durante toda la trama, no decae en ningún momento.

Nos encontramos con un reparto extenso y variopinto de personajes, y un desarrollo en ellos,sobre todo en los protagonistas. Todos ocultan algo, y no hay ni clichés, ni investigadores traumados, otro punto a favor.

Me ha gustado mucho, encontrarme con pequeños guiños a su anterior libro “La vida secreta de Sarah Brooks”. Este libro es autoconclusivo y no hace falta leer el anterior para nada, historias buenas que empiezan y acaban, que no hace falta tanto detective ni sagas. He notado una evolución enorme del autor y ya sé que estaré esperando su próximo libro, sin duda, me gusta su estilo y las tramas que crea.

Muy recomendado si buscas una historia de suspense atractiva, original, que va pasito a paso y con un final cerrado.

Viajamos a Goodrow Hill junto con nuestro protagonista Mark que tras recibir una fotografía bastante atípica y una llamada de Helen anunciando la muerte de un antiguo amigo de la pandilla pone rumbo al pueblo para descubrir que ha sucedido.

Una historia en dos líneas temporales donde la segunda nos sitúa veinticinco años antes cuando Elliot de seis desapareció coincidiendo con la llegada al pueblo de John Mercer. Un hombre mayor y solitario del que poco o nada saben.
La pandilla de amigos hará lo posible por descubrir si tiene relación con la desaparición del pequeño lo que no se imaginan es que tendrán que guardar un gran secreto veinticinco años y que por supuesto tendrá consecuencias graves para todos los miembros.

Leí el libro anterior del autor, tenía las expectativas altas y sin duda las ha superado con creces.
La historia me ha enganchado desde la primera página. Los personajes son muy realistas y las subtramas no tienen desperdicio.
La narración es sencilla y directa, nada de relleno aún con sus casi setecientas páginas y cada detalle tiene un por qué.
Giro tras giro me ha sido imposible adivinar exactamente cómo iba a terminar y la sorpresa ha sido mayúscula.

Una lectura muy muy recomendable y con muchas ganas de volver a leer al autor.

Hacía mucho tiempo que una novela no me mantenía tanto en vilo como ha hecho "La última muerte en Goodrow Hill" de Santiago Vera. Me ha mantenido en vilo porque quería saber quien es el asesino y no terminaba de aparecer.

La novela, a pesar de su extensión, es una historia que se lee de una manera amena puesto que el lector que la lee conecta con la trama desde el inicio hasta el final. Es una novela que no aburre como sucede con algunas. No hay espacio para "tomarse un respiro".

La historia cuenta como el pasado vuelve para trastocar a todo el pueblo de Goodrow Hill y hace que una persona, el asesino, ejerza el papel de "justiciero". ¿Qué pasó hace veinticinco años? Pasó una desaparición, una brutal pelea y un asesinato.

Al mismo tiempo, el lector ingresará en una banda de amigos que vuelven a coincidir después de mucho tiempo en el pueblo para asistir al funeral de uno de ellos. A partir de este funeral empieza una verdadera carrera contrarreloj en la que Markie, Helen, Vance, Steve, Tom, Jesse y Carrie tratarán de llegar a la verdad acerca de lo que sucedió hace veinticinco años. No sabe ninguno de los amigos que esta carrera en busca de la verdad les cambiará la vida para siempre.

Si queréis leer una novela y no soltarla en ningún momento, "La última muerte en Goodrow Hill" puede ser una buena opción.