Los ritos del agua de Eva García Sáenz de Urturi
Verás, creo que por mucho que nazcas con una personalidad fuerte y de superviviente, que no permitas las palizas, los malos tratos, los abusos..., la realidad se impone en la infancia, y si eres un niño o una niña con un cuerpo de veinte kilos, no puedes evitar que un adulto te convierta en una víctima de su fuerza. Y pienso que sigue pasando cada día. Me refiero a la violencia intrafamiliar, a los abusos no detectados, no denunciados, a veces permitidos por madres que miran hacia otro lado. ¿Cómo evitan esos niños y niñas más débiles físicamente convertirse en víctimas? Es imposible, no pueden. Después quedan secuelas en un carácter que de otro modo no habría tenido rasgos patológicos.
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