La violeta del Prater de Christopher Isherwood
El rostro de Bergmann era el de un emperador , pero con los ojos oscuros y bulones de su esclavo :el esclavo que irónicamente obedecía, vigilaba , divertía y juzgaba a un amo incapaz de comprenderle ; el esclavo de quién dependía el amo para su diversión, para instruirse, para justificar su poder, el esclavo que escribía fábulas sobre bestias y hombres.
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