Todos los días son nuestros de Catalina Aguilar Mastretta
Finalmente la religión organizada no es más que sentirte parte de algo más grande que tú, no necesariamente Dios sino el hecho de que mucha gente se reúna al mismo tiempo a creer que las mismas cosas son sagradas. A mí me pasa eso con las historias, con la ficción, más que con nada, con el cine. Que se haya inventado una cámara y una película para que alguien que nunca he visto y quizá no veré me toque el alma es una conexión divina. |