Las Troyanas de Eurípides
Necio es el mortal que, creyéndose siempre feliz, se abandona al placer: la fortuna, cual furiosa delirante, salta aquí y allá, y a ninguno concede perpetua dicha.
|
Calificación promedio: 5 (sobre 65 calificaciones)
/
Las Troyanas de Eurípides
Necio es el mortal que, creyéndose siempre feliz, se abandona al placer: la fortuna, cual furiosa delirante, salta aquí y allá, y a ninguno concede perpetua dicha.
|
Las Troyanas de Eurípides
Necio es cualquier mortal que conquista una ciudad y abandona a sus templos y sepulcros, sagrado asilo de los muertos. Inevitable es su ruina
|
|
|
Medea de Eurípides
En primer lugar, tenemos que comprar a un precio altísimo un marido. Le pagamos para que se convierta en el amo de nuestro cuerpo; y pierden su buena fama las mujeres que se separan de su marido. Y si el esposo acepta convivir sin imponernos con violencia su yugo, envidiable es entonces nuestra vida. Y si no es así, es mejor morirse. Y dicen de nosotras que por vivir en casa corremos menos riesgos, mientras ellos combaten con armas: ¡vaya razonamiento estúpido!
|
Medea de Eurípides
De todo lo que tiene la vida y pensamiento, nosotras las mujeres, somos el ser más desgraciado. Empezamos por tener que comprar un esposo con dispendio de riquezas y tomar un amo de nuestro cuerpo, y éste es el peor de los males. Y la prueba decisiva reside en tomar a uno malo o a uno bueno. A las mujeres no les da buena fama la separación del marido y tampoco les es posible repudiarlo |
Medea de Eurípides
Esto deseo para mí: envejecer lejos de las grandezas, en lugar bien seguro. Ya por sí mismo se impone el nombre mismo de moderación; y la moderación sólo ventajas les trae a los humanos. Los excesos, en cambio, no traen ninguna utilidad: sino sólo calamidades, cuando la divinidad su cólera desata contra una familia.
|
|
|
|
Fue publicada en ...